El pleito, el conflicto que viene en el PRI estatal será por la renovación de dirigencia en pleno proceso electoral.
El PRI enfrenta este mes la renovación o ratificación de su dirigencia estatal en medio de renuncias al partido como las de Jesús Rodríguez, Manuel Pozo, o la expulsión de Juan José Ruiz, por ejemplo; pero no son los únicos, priístas de casi todos los municipios se han ido del tricolor, en un abandono silencioso.
Ya con la diputación local plurinominal en la bolsa, el actual dirigente estatal del PRI, Paul Ospital, enfrenta en pleno proceso de registro de candidatos a puesto de elección la renovación de la dirigencia estatal.
Con candidatos de muy bajo perfil, casi todos, un 60 por ciento, reciclados del calzadismo, y ante un escenario negativo, el PRI encara la renovación del CDE.
Paul Ospital, después de meses de pleitos y litigios ante la justicia electoral contra el JJ Ruiz, fue electo para terminar el periodo de este, del JJ.
Este mes se termina su mandato, su interinato y necesariamente tendrá que convocar a elección de la nueva dirigencia, o a su ratificación en la misma.
Viendo como están las cosas en el PRI estatal, donde manda el PRI nacional, no debería de tener problemas en llevar con pulcritud el proceso de renovación, sin embargo, su falta de tacto político lo puede echar a perder todo.
Por lo pronto apunte que, en los estatutos del tricolor, en el artículo 178 se establece que las personas titulares de la Presidencia y la Secretaría General electas para los Comités Ejecutivo Nacional y Directivos de las entidades federativas, durarán en su función cuatro años, y las electas para los Comités Municipales y de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, durarán en su función tres años, sin posibilidad de ser reelectos en ningún caso.
Es la situación que ocupa Querétaro.
En caso de vencimiento del período estatutario de las personas titulares de la Presidencia y la Secretaría General, y no se haya efectuado el proceso electivo para su renovación, el Consejo Político Nacional elegirá en un plazo no mayor a diez días una dirigencia provisional, misma que no deberá durar en sus funciones más de noventa días y al término de la cual deberá convocarse a la elección ordinaria respectiva.
De no haberse efectuado la elección respectiva, al concluir el período para el que se eligieron a las personas titulares de la Presidencia y la Secretaría General, de los Comités Directivos de las entidades federativas, el Comité Ejecutivo Nacional designará a quienes ocuparán provisionalmente los cargos de dirigencia en el nivel que corresponda.
Por su parte, el Comité Ejecutivo Nacional podrá acordar una prórroga al período estatutario de dirigencia de los Comités Directivos de las entidades federativas, así como de los Comités Municipales. que no podrá ser mayor de noventa días y al término de la cual deberá convocarse a la elección ordinaria respectiva.
Es decir, los priístas locales no van a votar por sus dirigentes.
Mientras que en el reglamento elección de dirigentes y postulación de candidatos, en su artículo 14, establece que el proceso de renovación ordinaria de dirigencias por término de período, así como los procesos extraordinarios para la elección de dirigencias sustitutas “no debe coincidir con ningún proceso interno para postular candidaturas a cargos de elección popular del mismo nivel o superior, ni entre el inicio del proceso electoral constitucional, una vez declarado por el órgano competente y, hasta el día de la calificación del cómputo de la elección de que se trate.
Más claro, ni el agua.
Así, tratando el caso el Comité Ejecutivo Nacional designará a las personas dirigentes provisionales, y lo más obvio es que siga Paul Ospital, aunque se pueden presentar sorpresas.
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