Me Lleva El Diablo 10 de agosto
La reapertura de aulas no será simple. Y tampoco quedará a merced de las urgencias del Gobierno del Estado ni de la SEDEQ.
Más aún cuando todo indica que el supuesto regreso a clases tiene es más por interés económico -la educación varios segmentos de la economía como el transporte urbano, las papelerías, la venta de productos de primera necesidad, etc.- que académico.
Mucho menos cuando no hay seriedad en su postura, me refiero a la información ante el alto número de contagios y la apertura de aulas.
Las contradicciones que se están dando entre, si debemos estar en a semáforo amarillo, naranjo o rojo y el regreso a clases presenciales se han convertido en todo un asunto opaco, donde los mensajes del Gobierno del Estado y Federal solo atinan a desorientar a la gente, y a polarizar el tema educativo.
Cada vez son más evidentes las diferencias de opinión entre los voceros sobre la estrategia del Gobierno Estatal y Federal, la realidad es que seguimos igual que hace más de año y medio, igual o peor.
Todo indica que no hubo estrategia para la primera y segunda ola que dieran resultado, los mensajes del gobierno no permearon entre la ciudadanía, no generaron resultados, no se ha generado el resultado final que es crear conciencia para cuidarnos de lo delicado de la situación.
Todo mundo anda de fiesta en restaurantes, bares, plazas comerciales, bodas, y de eso hay muchos, muchos testimonios.
Lo peor ahora de manera contradictoria informan que estamos ante un escenario de semáforo naranja o rojo, pero se va a regresar a clases.
El número de contagios nos devuelve a la pesadilla con noticias diarias que son como un dilatado y gigantesco erizo, como el virus.
Por una parte, nos alarman con la información de que en sólo 43 días la entidad alcanzó los mismos casos que el año anterior llevo seis meses, lo cual, aseguró, demuestra el efecto que tiene la variante Delta sobre los indicadores, y que “no se detendrá hasta que no entiendas que ya no estamos en dónde estábamos antes”.
Desde gobierno del Estado nos dicen que nos encontramos frente al periodo con mayor aceleración de toda pandemia, pues nunca antes había durado tanto un incremento en velocidad como ahora, teniendo como resultado que, al aumentar la cadena de contagios, también se eleva la hospitalización, que pasó de 96 el día 22 de julio a 201 el 5 de agosto, y en el mismo periodo las unidades de cuidados intensivos pasaron de 26 a 61 camas ocupadas y los fallecimientos de 31 a 61.
Así ante este alarmante escenario chocando con ello la Secretaría de Salud y el Comité Técnico anuncian que en Querétaro las condiciones para un regreso a clases presencial están dadas,
Para el regreso a clases presenciales del ciclo escolar 2021-2022, según ellos “será de manera planeada, cauta, gradual, escalonada y voluntaria”.
¿Voluntaria? Les aseguro que nadie va a querer regresar, salvo la educación privada, y con justa razón porque a los padres de familia les cuesta, pagan esa educación.
Por más que promuevan que unas mil 200 escuelas privadas y públicas de Querétaro, de las más de cuatro mil que hay en el estado, ya hicieron el registro pertinente para regresar a clases presenciales.
A pesar de que la SEDEQ estima que, en la primera fase del regreso a clases presenciales, a partir del 30 de agosto, volverán de manera gradual 291 mil 405 estudiantes de todos los niveles educativos, de los que 31 mil 972 son de educación básica pública y 74 mil 57 alumnos de primarias privadas.
La realidad es que el tan manoseado regreso a clases se ha convertido en un berenjenal.
El Gobierno del Estado se hace bolas, y debe de entender que el regreso a semáforo naranja o rojo, o del color que sea, ellos lo pueden decretar, pero el regreso a clases lo definen varios actores que han recibido los contradictorios mensajes.
Me refiero primero a los padres de familia, cuyo rechazo es abrumador en contra de la apertura de aulas porque exponen a sus hijos a riesgos de alto contagios comprobados.
Me refiero a los sindicatos – CNTE Y SNTE- porque los maestros temen contagios masivos y generación de mayores problemas sanitarios en esta terrible tercera ola, en realidad continuidad desde la primera, aunque ellos se encuentren vacunados.
Me refiero a los mismos alumnos, pues se han hecho encuestas y los niños, aunque encerrados en su casa y cansados del aislamiento, quieren salir, pero no ir a la escuela porque consideran que es el camino a la enfermedad y a lo que sigue.
Para todos ellos hay un problema adicional: La SEP ha comenzado a distribuir un cuadernillo editado para el ciclo 2020-2021 pero en realidad sin aplicación porque desde 2020 no hubo reanudación de clases presenciales.
Este fin de semana se masificará en comunidades escolares ese documento, llamado Estrategia el Regreso Seguro a Clases Presenciales en las Escuelas de Educación Básica.
Pero a pesar de ello no pasará nada.
Solo para reforzar de que dudamos que los cientos de miles de alumnos regresen a clases a finales de este mes, les informamos que, en ese panorama, el dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Alfonso Cepeda, mantiene su postura: sólo se respaldará el regreso a clases donde haya semáforo verde y todos los maestros estén vacunados. Y a pesar de que se cumplan esos dos requisitos, aún se duda del regreso a clases.
Mientras que la UAQ en coherencia con su análisis de la situación de la pandemia en la entidad, ante el creciente número de contagios, se mantiene en con clases a distancia, por lo menos todo este semestre.
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