POR: OSCAR CELEDÓN.
El mejor ejemplo para explicar las consecuencias entre hacer bien las cosas y no, es la conquista del Polo Sur en 1911. La rivalidad surgió entre Roald Amundsen de Noruega y Robert Falcon Scott, de Gran Bretaña, ambos esperaban ser el primero en llegar al Polo Sur, otorgando así el honor para su país. Ambos contaron con el apoyo del gobierno, de los empresarios y de los científicos de sus países. Partieron a la conquista del Polo, el mismo verano, desde puntos relativamente cercanos y con una diferencia de solo 10 días. ¿El resultado?, la expedición de Amundsen conquistó el Polo y volvieron sus cuatro expedicionarios sanos, en cambio, la expedición de Scott fue un rotundo fracaso, aunque sí llegaron al Polo Sur, sus cinco integrantes no lograron volver al campamento base, muriendo todos en el trayecto de vuelta. La explicación son las buenas y malas decisiones que ambos tomaron y la diferencia de liderazgo entre ellos. (Curso de Capacitación que he dado en varias oportunidades)
Haciendo bien las cosas en el Marketing Político
- Una vez que se tenga la estrategia política o un Plan Maestro de Campaña, el Marketing Político y su publicidad, deben seguir dicha estrategia y lograr crear que la narrativa de la publicidad sea coherente con ella, cada pieza de publicidad no debe ser independiente, debe ser parte de un engranaje dentro de la estrategia política.
- Ser profesionales contra viento y marea. Los políticos deben entender la importancia de su rol como candidato, pero, también deben aceptar que ellos no son creativos publicitarios, por lo tanto, deben dejar la creatividad publicitaria en manos de los profesionales. La participación del político se da, cuando se define la estrategia política que debe seguir el Marketing y en la elección final de las propuestas ofrecidas por el equipo creativo.
- Tener una excelente información de lo que piensa y siente la población. En la captación de información debemos realizarla a través de una Escucha Ciudadana que ocupe IA y Big Data, ya que debe ser real y profunda, provenir de millones de datos. Tendremos la información de sus sueños, esperanzas, miedos y sus pensamientos, como también, conoceremos cómo viven y cómo toman sus decisiones.
- El punto anterior es importante, para que los políticos entiendan que el Marketing Político y su publicidad, no puede hacerse en criterios basados en las preferencias personales de ellos o sus familiares. En una campaña importante, se me acerca el candidato y me dice que su señora y sus amigas tenían una idea fantástica para un spot, la escuché y le tuve que decir que lamentablemente no tenía nada que ver con el relato que estábamos tratando de colocar.
- No puede existir improvisación, como dice Sun Tzu en su libro El Arte de la Guerra, “El general que gana la batalla hace muchos cálculos en su templo antes de librar la batalla. El general que pierde hace pocos cálculos de antemano”. Si se quiere ganar, debemos tener el Marketing Político definido con anterioridad, desde meses antes hasta el día de la elección.
- Lo anterior no quiere decir que sea un Marketing rígido, ante situaciones inesperadas o por una mejora continua propia, debemos tener flexibilidad para hacer modificaciones cuando sea necesario, siempre eso sí, manteniendo una coherencia.
Por último, un consejo a los candidatos, no pregunte a todo el mundo sobre lo decidido para la campaña publicitaria, a toda campaña se le puede encontrar un pero, los seres humanos tenemos diferentes perspectivas y también diferentes estados de ánimos, así que en vez de mejorar el Marketing, solo lo estará empeorando. Volviendo al primer punto, confíe en el profesionalismo suyo y de las personas encargadas de la publicidad.
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