Parte l
En el año de 2017 a propósito del sismo de septiembre, Juan Villoro escribió este texto aparecido en el periódico Reforma dónde es colaborador, declarado no como poema, según él, dado que la poesía es un campo celoso de los poetas, y porque no le salió una prosa, sino esta especie de exclamación por las diversas emociones sofocadas por el dolor, el susto y la impresión que dejaba el recuerdo de aquel terremoto del 1985. El texto, cortado en frases cortas, describiendo la realidad vista y percibida como resultado de la solidaridad de las personas que resistieron al movimiento de la tierra es considerado por el autor como “letanía”. Pero una letanía perteneciente al subgénero literario de lo telúrico.
“Eres del lugar donde recoges la basura.
Donde dos rayos caen en el mismo sitio.
Porque viste el primero, esperas el segundo.
Y aquí sigues.
Donde la tierra se abre y la gente se junta.”
El texto fueron estas palabras agolpadas por la impotencia de escribir una crónica sobre ese fenómeno que lastimó al Distrito Federal y que volvió para sacudir a la ahora CDMX, leido casi como una especie de rosario, con la solemnidad de un himno, inspirado en ese acto de los rescatistas levantar el puño para demandar silencio a los solidarios ayudantes, contener la respiración para poder detectar un grito de auxilio entre los escombros, un quejido, o tan solo una exhalación de esfuerzo o un suspiro de esperanza.
(…) “Llovió sobre mojado después de las fiestas de la patria,
Más cercanas al jolgorio que a la grandeza.
¿Queda cupo para los héroes en septiembre?
Tienes miedo. Tienes el valor de tener miedo.
No sabes qué hacer, pero haces algo.
No fundaste la ciudad ni la defendiste de invasores.”
Este septiembre todos esperabamos un nuevo terremoto, teníamos el alma en vilo. Esperabamos que no sucediera, pero esperabamos que tambien sucediera. Todo estuvo tranquilo, pero desconfiamos de esa tranquilidad. Para calmar la ansiedad, participamos en el simulacro obedientes y casi como un juego de un ensayo de baile. Este septiembre no temblo, pero estamos alertas como si cada mes fuera septiembre.
Parte ll
Querétaro no es zona sísmica (de riesgo). Nuestra postura es una actitud positivista, necesitamos ver para creer. Aquí no tiembla. Cómo si fuera Martin Brody, el jefe de la policía de la isla Amity, que está vigilante de la presencia del Tiburón de esa icónica película, el tiburón que representa un peligro para la comunidad, el Dr. Juan Martín Gómez, uno de los especialistas en sismología del área de geociencias de la UNAM campus Juriquilla, monitorea en gran parte del Estado los movimientos de la tierra. Aunque no de forma espectacular ni con un peligro masivo los terremotos existen en nuestra zona.
De acuerdo a los estudios que realiza el Dr. Gómez, a diario ocurren microsismos en el estado queretano, pero son de pocos grados, de tal forma que no se perciben tal como uno está acostumbrado en otras zonas del país. Quizá algunos movimientos de tierra si se han sentido cuando ocurren terremotos fuertes en otras partes, pero no han causado daños ni temor entre la población. Luz Arely Meza, estudiante sonorense en su estancia como becaria visitante, colaboradora en el verano del Dr. Gómez, explicaba lo aprendido sobre esos microsismos. Son frecuentes, de corta duración y sin riesgo para la población.
Septiembre es el mes donde aparece el fantasma de los terremotos. Esperemos que se mantenga así en calma la superficie de la tierra queretana. Mientras seguiremos practicando los simulacros, y solidarizándonos con las victimas de los sismos.
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