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Manuel Basaldúa H

El confinamiento ocasionado por esta pandemia del covid-19 impuso varias medidas que debieron asumirse a rajatabla. Una de ellas fue el resguardarse en las casas durante una profunda cuarentena. El encierro combinado con muchos factores trajo como consecuencias una gama de escenarios que trascenderán por sus efectos, sus redescubrimientos y la dinámica que ha impuesto a lo largo de la pandemia y sus extensiones de tiempo.

El encierro por lapsos cortos para unos, por grandes y largos periodos para otros ha impuesto diversas formas de pensar la realidad. En conjugación con la tecnología mediante web y las redes sociales se ha erigido la imagen de una generalidad del mundo, como si se construyera una unidad uniforme, pero a la par se tiene la sensación de que se ha perdido la idea de la colectividad. El otro, o los otros son momentáneamente algoritmos, mientras se cultiva la esperanza de volver al contacto físico, y de reactivar la emoción de las relaciones sociales presenciales en todos los ámbitos.

Los escenarios hay que bosquejarlos como apuntes etnográficos que nos puedan servir para reflexionar sobre el espacio. También hay que pensar que otros escenarios podemos replicar, unos mas que hay que superar y otros que harán que cambien algunas cosas. De igual forma hay que señalar las combinaciones de estos factores que presentan complejidades no pensadas con anterioridad al confinamiento que a nivel global se conoció como “quédate en casa”. Aquí va un repaso de estos apuntes:

El temor. Cómo el rumor de un tsunami y sin tener la certeza de cómo llevar a cabo un confinamiento de largo aliento, las compras de pánico se generaron entre algunos sectores de la población, haciéndose notar por una adquisición incomprensible de papel higiénico, seguido de alimentos imperecederos. Otros sectores, tomando con más calma la situación se proveyeron con lo mínimo indispensable, bajo la idea de que sería solamente una corta estancia en sus casas.

La cuarentena. La cuarentena es un resguardo durante 40 días para aislar a los portadores de alguna enfermedad y salir del peligro y su contagio. El número abarco 14 días debido al periodo de incubación del virus covid19. Pero la ola de contagio y sus decesos entre los países, las regiones y las zonas ajustaron de manera dinámica la cuarentena. De tal forma que se ha extendido hasta por un año o más, en periodos continuos o discontinuos esta cuarentena. Más lo que siga después de visar los efectos que tiene la vacuna para combatir esta pandemia.

Los trastes. La habitación prolongada en las casas modificó los patrones de conducta de las personas. El temor a lo desconocido y la ansiedad desató que el consumo de alimentos fuera irregular entre los miembros de las familias, destacando la sorpresa por la cantidad de utensilios para la alimentación. Pero eso sólo fue lo emergente, porque luego siguió resaltar la limpieza general de la casa. Muchos revaloraron rincones y resquicios pasados por alto.

La casa como espacio redescubierto. La casa, un ente material compartido con la familia, se había invisibilizado ante la rutina del trabajo, el estudio y las actividades fuera de este. Utilizado sólo

como recipiente físico o acaso como un bien con plusvalía, sobre todo en las áreas urbanas, la casa durante el confinamiento fue redescubierta por sus propietarios o moradores.

El trabajo en casa. Primero fue la categorización de trabajos indispensables y trabajos que podían esperar a realizarse. Luego fue el acondicionamiento de un área de la casa para efectuar el trabajo. Un reto mayúsculo porque las distracciones eran muchas. Y desde luego el relajamiento cuando se descubrió que se podía hace en pijama o en paños menores. Pero también despertó el stress cuando se descubrió que los horarios se intensificaron. No faltaron las intromisiones en la cámara de sonidos de mascotas vendedores callejeros o servicios domiciliarios, y desde luego de los hijos, los conyugues o amantes.

La escuela en casa. Lo mismo que el reto para los padres, fue para los escolares. Encontrar un lugar dentro de su hogar, adecuado para recibir las clases fue un reto. Aunque el acoplamiento fue rápido, no falto el desconocimiento de las plataformas y sus fallas, tanto afecto a los alumnos como a los profesores. La exposición ante otros y escenarios virtuales, así como la viralización de lo ocurrido en la “clase”, puso en evidencia al frágil sistema educativo del país y lo lejos que estamos para alcanzar un nivel óptimo de utilización y aprovechamiento de los recursos digitales.

El entretenimiento. La mayoría de los usuarios de internet estuvieron expuestos a ofertas impensadas. Muchos sitios se abrieron de manera gratuita, y las bellas artes, los museos y los conciertos tuvieron una temporada de otorgar acceso libre a sus espacios. Pero también se demostró que hay una falta de conexión con los sistemas educativos para articular una educación que pueda elevar el aprovechamiento de tales recursos. Pasado el furor nuevamente se puso en segundo plano esta oportunidad.

Para una segunda entrega de este tema, me referiré a otros puntos que vale la pena enlistarlos. Tales como; La tecnología, accesos y carencias, La convivencia, Las sociopatías, La salud física, La salud mental, La intimidad, La exposición de los hogares, Muerte y duelo, Enfermedad entre las más representativas.

La casa, refugio contra las calamidades es una frase que suena bien al sumarse a la estrategia para detener los efectos de la pandemia de este siglo XXI. La casa es “el espacio social dedicado a las unidades domésticas y para el grupo, -dice sobre las casas largas, Michael R. Dove y Tammy Castleforte en el diccionario de Antropología- tanto para aquellas como para funciones comunitarias. Facilitan el equilibrio de los intereses económicos, sociales y políticos de la unidad doméstica con el grupo.” ¿Qué retos enfrenta este espacio físico al que habíamos dejado de lado en la vida? ¿Qué aspectos culturales y de política pública se trasformarán a partir de la experiencia con esta pandemia? Es cuestión de seguir indagando. ¿Qué otros campos, cree usted, amable lector, que deban considerarse?

 

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