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Por Manuel Basaldúa Hernández

 

Parecería ser que uno de los problemas insalvables que tiene la capital de Querétaro es la movilidad y el transporte. La complicación crece paralelamente al crecimiento de la metrópoli. Pero en realidad lo que estamos presenciando como verdadera traba es la indolencia de las autoridades para resolver estos dos temas urbanos.

 

La movilidad, en el primero de los casos, se ha complicado debido a la mala planeación de construir centros laborales dispersos, es decir, estos existen sin articulación entre la cadena productiva y haber permitido la pulverización del parque industrial. Lo mismo sucede con los centros de negocios. Otro aspecto que contribuye a esta calamidad es el permiso de construcción de áreas de vivienda en forma anárquica sin la articulación y comunicación con dichos centros laborales y de negocios.

 

Lo mismo ocurre con el acceso a los centros educativos. Estos han quedado asfixiados por vías de comunicación neurálgicas, y también sin articulación de rutas de transporte hacia los centros de trabajo. De tal forma que a las familias les queda muy retirado su lugar de trabajo y la escuela para sus hijos, ocasionando más horas de trafico, gasto de combustible, huella de carbono, y sobre todo horas laborales y educativas perdidas.

 

El transporte público es un tema por demás peliagudo. No hay un sistema estructural que sea manejado por un plan rector, tanto en su infraestructura vehicular como en su oferta de servicio. Existen varios grupos de concesionarios que gozan de los permisos gubernamentales sin retribución ni cortesía para los usuarios. Hay una ausencia total de empatía por parte de las autoridades y de esos grupos de empresarios con los ciudadanos y los usuarios.

 

La metrópoli crece y se requieren más en cantidad y en distancia de rutas y transporte, sin embargo, solamente se percibe descuido y falta de coordinación. En la capital, que debería de ser atendida de manera cuidadosa, se percibe descuidada y sin coordinación. O bien es el desdén que prevalece o la ineptitud del Instituto Queretano del Transporte.

 

En Querétaro no hay nada mas incierto que el uso del transporte de servicio público. Es la queja recurrente de quienes tiene que esperar demasiado tiempo, sin que exista la certidumbre del servicio. Querétaro presume en unas áreas estar a la altura de las mejores ciudades, pero este punto de la movilidad y el trasporte público lo exhibe como una capital subdesarrollada.

 

El Gobernador, en términos mediáticos en estos últimos días del agudo problema de transporte, se ha dedicado más a atender un asunto del Equipo de Primera División, que a todas luces le corresponde a particulares, que a los ciudadanos que le obsequiaron el voto y la confianza para resolver este y otros problemas.

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