Manuel Basaldúa Hernández
La ciencia ha salido al quite en esta embestida biológica que nos esta azotando a todo el mundo. Otros actores sobresalientes como la tecnología, la fotografía han ayudado a visualizar algo de esta amenaza. Y desde luego, junto con la ciencia, el personal médico e investigadores de todos los campos que abarcan desde los virólogos, los matemáticos, los economistas, los de ciencias sociales entre otros, se han dado a la tarea por exhibir a esta amenaza de la salud humana, que con sus variantes el camino ha sido extenuante.
El asombro que ocasionó la clonación de una oveja hace unas décadas se suponía mayúsculo cuando se explicó la estructura del DNA y sus modificaciones o mas bien, control sobre ella. Desde entonces no se había puesto tanta atención a las cuestiones de la medicina y la biología.
Si consideramos lo que en ese fascinante libro de Paul de Kruif “los cazadores de microbios” hace mas de un siglo expusieron en sus descubrimientos sobre lo minúsculo que hay en nuestro mundo, y la manera de como se le puede dar seguimiento y manejo, hay un dejo de escepticismo e incredulidad cuando nos hablaban de tales bichos que coexisten con nosotros, unos benignos y otros malignos, pero ambos necesarios.
Ahora se nos muestran imágenes del virus del covid19 y podemos identificar cada uno de sus variantes. Tenemos esa imagen, aunque no sepamos bien a bien como ataca y como se le ataca, pero si sabemos como es y cual es la forma de protegerse. Entramos todos en un escenario de “Salud Publica” manejado por los altos funcionarios de los gobiernos y de un organismo con cierta autoridad como lo es la OMS. Cuestionamientos aparte de como se ha manejado la pandemia en cada país, la dicotomía de salud/enfermedad esta pasada por el tamiz de la ciencia.
La salud y la enfermedad, en este siglo XXI se sometió a la ciencia moderna y ha desterrado momentáneamente las prácticas vernáculas de los pueblos originarios y grupos urbanos con esas creencias particulares y culturales. Más allá de todo eso, incluso la religión ha tenido que mostrar humildad ante este fenómeno.
Pero ante el colapso que por instantes tienen los sistemas de salud en el mundo, vemos que no todos caminamos por el mismo sentido. Y de repente se convierte una lucha de quienes aprueban la ciencia y otros quienes la rechazan. La paradoja la vemos en Estados Unidos, país con más vacunas en el mundo, pero también con menos vacunados en el mundo. La medicina alternativa y la de los viejos que con sus prácticas milenarias utilizan medios y elementos endémicos han quedado soterrados ante esta batalla. Y esta medicina popular ha quedado estupefacta, casi congelada sin poder hacer nada frente a este escenario. O sucumbe o resurge ante esta amenaza del virus Sars-2. Lo mismo le sucederá a estos sistemas de salud urbanos y supuestamente modernos.
El covid19 ha venido ha cambiar nuestra forma de convivir, de producir y de conducirnos. El cuidado de la salud tendrá que ser testigo de otras formas de comportamiento y de patrones culturales en el manejo de la medicina. La antropología de la salud también ha sido trastocada por este virus.
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