Me Lleva El Diablo 9 de agosto
La especulación inmobiliaria en Querétaro es la actividad más lucrativa que hay, su actividad económica mueve al año entre 15 a 30 mil millones de pesos. Nos venden actos de corrupción disfrazados de modernidad
Los desarrolladores inmobiliarios se han convertido en los verdaderos dueños de Querétaro, y dominan tanto el sector privado como el público, donde controlan a políticos, empresarios y funcionarios sin pudor que defienden y promueven los intereses de este sector.
Son los responsables de la urbanización de la pobreza en la entidad, porque eso es lo que genera finalmente el sector inmobiliario.
El anuncio de que la Urbanizadora Santa María del Zapote S.A. de C.V., conformada por ejidatarios queretanos liderados por el priista Francisco Perrusquía, un viejo agrarista que en la pasada contienda apoyó al panista Mauricio Kuri, realizará una inversión de mil millones de pesos de recursos propios para acelerar el desarrollo del proyecto Tierra Noble, ubicado en Juriquilla, municipio de Querétaro, solo viene a destapar la cloaca que es el sector inmobiliario en la entidad.
El proyecto inmobiliario, que está valuado en siete mil millones de pesos en una primera etapa, ya ha colocado el 20% de los lotes residenciales y comerciales que ofrece en el mercado.
Eso ha molestado a los grandes empresarios inmobiliarios y han emprendido una campaña de desprestigio contra este proyecto.
Primero dejamos en claro que tanto los de Tierra Noble – que de noble no tiene nada- como todas las inmobiliarias inician igual y terminan igual: con la especulación de la tierra.
¿Cómo funcionan los vivienderos?: Primero se adueñan de las tierras a precios bajísimos.
Todo inicia cuando los especuladores inmobiliarios compran las tierras, principalmente ejidales, a precios irrisorios y durante años, décadas, las dejan ociosas para después edificar casas, plazas y centros comerciales para vender a precio de oro.
Después se adueñan de los Ayuntamientos, de los gobiernos municipales y estatales,
Compran, pagan campañas políticas, promueven a los ediles, a los regidores y ponen a los funcionarios en desarrollo urbano,
¿Para qué? Para cobrar y obtener las licencias de construcción, los cambios de usos de suelo, de densidad poblacional, los permisos de Protección Civil, los permisos de impacto ambiental.
Para impulsar la urbanización, la introducción de servicios municipales pagados por el erario en los terrenos que años antes compraron.
No importa si están en asentamientos donde se inunda, donde la tierra no es propia para la edificación.
Ahora de manera más que descarada el IVEQ estará en manos directas de estos empresarios.
Igual ponen y manejan a su antojo a los funcionarios de la Comisión Estatal del Agua, donde obtiene las tomas de agua para sus desarrollos, así se adueñan del vital liquido que es un derecho humano que tenemos todos los queretanos.
El agua es uno de los principales elementos que se roban los desarrolladores, se la están acabando, ya está privatizada en Zibatá, en El Refugio, donde los municipios de El Marqués y Querétaro no dicen nada, y en Corregidora, Vista Real es un ejemplo, y lo de El Batán sin comentarios; y que decir de la depredación del agua en Huimilpan, Pedro Escobedo y San Juan del Río que son cosa aparte.
Luego viene el sector financiero: venden sus casas en diferentes sectores, popular, media, media alta y residencial. Los compradores pagan el crédito ya sea bancario o del Infonavit, o del Fovissste, y que es dinero contante y sonante que entra en las arcas de los desarrolladores.
Para el sector popular tiene sus bodrios de casas que colocan por vía del Infonavit, pichoneras les llaman, cuya construcción y terreno no rebanan los 70 metros cuadrados. Y sus precios van de los 800 mil al millón 300 mil pesos.
Luego por vía bancaria, van las de interés medio, y medio alto, con terrenos de 100 a 120 metros cuadrados y construcciones que no rebasan los 120 metros cuadrados. Sus precios oscilan del millón 800 mil a los 3 millones de pesos.
Estos dos sectores son los más afectados, dado que la calidad de los materiales con los que se construyen las viviendas no es siempre de buena calidad.
2 o 3 mil casas al año se edifican y se comercializan en la entidad.
Que decir de la proliferación de pequeñas y grandes plazas comerciales, que se multiplican aún en época de crisis.
Y de los Notarios, otro negocio con las escrituraciones, tanto de las viviendas como del dizque comité de colonos.
En el tema financiero esta el del “blanqueo” de dinero de dudosa procedencia, del “lavado de dinero”, que es un asunto que de por sí solo da para un próximo artículo.
Después viene el tema político electoral: han creado el régimen condominal, donde el usuario es el más afectado, porque paga todo, y cuando digo todo es todos.
En el régimen condominal pagan doble: pagan predial y tiene que pagar cuota de mantenimiento, que ampara principalmente servicios que deba prestar el municipio y el estado como es el alumbrado púbico, recolección de basura y seguridad.
Pagan altas tarifas de agua a la CEA.
Para que al final ni los desarrolladores ni el municipio se hagan cargo de nada, porque los mismos que promueven el desarrollo inmobiliario y los que otorgan los permisos, ni entregan ni reciben los complejos habitacionales, dejando en la orfandad a los compradores.
En la entidad hay más de 500 condominios no han sido entregados por los desarrolladores al municipio, ni el municipio los recibe: porque no cumplen con los requisitos.
Y la pregunta es ¿Para qué les dieron las licencias y permisos para construir?
Eso sí, los políticos, los ediles usan a los comités de colonos – en su mayoría ilegalmente constituidos- como carne de caños para sus campañas electorales, para legitimar sus malas gestiones.
Así cierran un círculo vicioso donde queda en medio el comprador.
Los desarrolladores inmobiliarios vienen de todos lados y colores, lo mismo están metidos los Torres Landa, que los Palacios, que los García Alcocer, que los Mena, que los Calzada, que los Loyola, los Burgos, los Ruiz, etc.
Lo mismo son del PAN que del PRI, que, de Morena, o Movimiento Ciudadano, por decir de algunos partidos.
Parecen muchos, pero son pocos los que al final los que se llevan la tajada grande del pastel.
Son dueños de los Ayuntamientos de El Marqués, Corregidora, Querétaro, San Juan del Río, Pedro Escobedo y Huimilpan, donde ponen y quitan regidores, funcionarios y hasta a personal de intendencia.
Y si usted cree que Tierra Noble viene a innovar, a dar transparencia a romper este círculo vicioso, está muy equivocado, solo es más de los mismo, diferentes actores, pero el mismo perjuicio.
Por lo pronto proyecto de Pancho Perrusquía y socios, ubicado en tierras de uso común del Ejido El Zapote es irregular, no cuenta con los requerimientos de ley para construcción o venta para construcción residencial o comercial.
Sino al tiempo.
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