Me Leva El Diablo 6 de julio
Un nuevo escándalo político esta en puerta en la entidad, en el país.
El posicionamiento que semana a semana hace Ricardo Anaya en las redes sociales – con razón o sin razón- se ha convertido en una piedra en el zapato para Morena, para AMLO.
Desde que el excandidato del PAN a la presidencia de la República anunciará que no buscaría ningún puesto de elección popular en la pasada elección, dando a conocer que en mejor iniciaba un recorrido por el país para posicionarse para las elecciones del 2024 y con ello emitir un pronunciamiento semana a semana, parece que sus criticas directas al presidente Andrés Manuel López Obrador, para bien o para mal, surten efecto en la 4T.
Así que a raíz de ello todo indica que se avecina un escándalo mayúsculo que puede cimbrar a la clase política queretana, y es que el gobierno de la República, Andrés Manuel López Obrador, mejor dicho, tiene en la mira al político panista creado en Querétaro.
En la lucha contra la corrupción, el principal eje de AMLO se ha tomado la decisión de ir sobre Anaya, todo por sus publicaciones semanales, por los mensajes retóricos de llamado “joven maravilla”.
Hay que ver que, a los detractores de AMLO, como el aún gobernador de Tamaulipas Francisco Cabeza de Vaca, la justicia se aplica, y lo de Ricardo Anaya puede ser un capitulo más de esta novela contra la corrupción.
Se plantea desde el gobierno federal que el objetivo sobre el que están trabajando desde hace tres semanas en la fiscalía general es Ricardo Anaya, al cual el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, acusó en su primera declaración.
No sería la primera vez que Ricardo Anaya estuviera en las manos de la FGR, recordemos que en el gobierno Enrique Peña Nieto en plena campaña en el 2018 fue causado ante lo que en ese entonces era la PGR, y un años después, al término de la campaña presidencial, le salieron con un “disculpe nos equivocamos”.
En ese entonces se especulo que Peña Nieto actuó para beneficiar a AMLO, pero eso difícilmente se podrá probar, aunque queda la duda de la existencia de un pacto entre AMLO y EPN.
En el presente proceso, el de Lozoya, se dice que del trato con el gobierno para que litigara en libertad hasta ahora, finalmente se acabó, y se giró la instrucción de para buscarle “algo” a Ricardo Anaya para meterlo a la cárcel.
La decisión de ir sobre Anaya, que había sido dejado en paz en términos jurídicos, coincidió con un factor subjetivo, la confrontación de una semana si y otra también que sostiene con el presidente de México antes y después de las elecciones de este 2021.
Después del anuncio de recorrer el país, pero principalmente después de sus apariciones en redes sociales con su mensaje semanal lleno de críticas al gobierno federal en general y a AMLO en particular, se reabre la carpeta contra Ricardo Anaya y el encargado de atacarlo, de llevarlo ante la FGR es Emilio Lozoya.
En la FGR se trabaja en el caso donde se presenten pruebas o supuestas pruebas en contra de Ricardo Anaya, por los presuntos delitos de cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita, para que puedan integrarse a la carpeta del excandidato presidencial.
Quieren armar “un caso sólido”, hay que ver si pueden.
Veremos dijo un ciego, si realmente la acusación es seria, o solo una escaramuza más, un escandalo más de la llamada lucha anticorrupción.
Por lo pronto el que resulta beneficiado -se destape el escandalo o no contra Anaya- en apariencia es Francisco Domínguez, que como todos sabemos no congenia en nada con su compañero de partido, y adversario político dentro y fuera del PAN.
Y decimos que aparentemente, porque Emilio Lozoya en sus declaraciones también hace serias acusaciones contra el gobernador del estado, aunque todo indica que solamente van sobre Ricardo Anaya.
Pero en política nada esta escrito, ni hay lógica.
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