Me Lleva El Diablo 22 de febrero
En Corregidora hay mucho discurso para tan terca realidad en materia de corrupción.
Aunque en el tema de corrupción lo más escandaloso ha ido lo referente al caso de “El Batán”, donde la administración de Roberto Sosa beneficio a empresarios de la vivienda, en la vida cotidiana de los ciudadanos del municipio se palpan y documentan los casos de corrupción.
Por ejemplo, en redes sociales circula una denuncia que textualmente dice: El pasado diciembre fue testigo de la corrupción de un par de policías de la Secretaría de Seguridad Pública del municipio de Corregidora. Interpuse una denuncia en la Unidad de Contraloría, quien atendió mi denuncia hasta el 15 de enero y siguen sin informarme nada sobre el desenlace. Espero que Roberto Sosa Pichardo ponga a chambear a su personal y no se tolere ningún acto de corrupción.
Es nuestro deber como ciudadanos denunciar a estos servidores públicos y contribuir a terminar con la corrupción de nuestro país.
Hasta ahí la denuncia en redes, lo que nos da pie a reflexionar:
En más de dos años de gobierno Roberto Sosa ha ido perdiendo la aceptación de los ciudadanos; estos lo desfavorecen cada vez más respecto al desempeño de su gobierno en general, y en materia de corrupción en particular.
La falta de ética entre los que gobiernan erosiona la vida pública del municipio de Corregidora.
Quien lea encontrará en las siguientes líneas una historia mínima de la corrupción tolerada por este gobierno de Roberto Sosa.
Otro ejemplo que se suma al de la denuncia ciudadana de corrupción es que en 2019 la administración de Roberto Sosa adquirió pintura para señalética y vialidades por 4 millones 950,505 pesos, de la cual al mes de junio del 2020 solo se había comprobado la aplicación del 33 por ciento de la pintura adquirida.
Lo que falta del lote comprado se encuentra “perdido”, de acuerdo a la Auditoria Superior de Fiscalización.
Otra raya más es que Roberto Sosa ordeno la compra de pintura para aplicarla en espacios públicos del municipio, por un monto de 416,520 pesos, y resulta que 716 litros de pintura blanca esmalte no se encuentran, faltan, están desaparecidos, o francamente no se compraron y si se pagaron
Son algunos, de los muchos ejemplos, porque hay más, como el cobro de “moches” en la obra pública, de hasta un 20 por ciento, o los casos que se dan en la secretaría de Servicios Públicos Municipales, con los parques y jardines públicos.
Al edil de Corregidora se le olvida que una política anticorrupción requiere de algo más que un discurso, que alcanza para mantener viva la memoria de un pasado corrupto; de algo más que presentarse como un gobernante honesto y austero.
Algunos casos de corrupción los protagonistas son funcionarios de primer nivel o personas cercanas al presidente. Los corruptos se mantienen en el primer círculo del presidente y sin castigo.
Por ahora, hay que esperar el veredicto final.
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