Neon

Luz Neón

 

Manuel Basaldúa Hernández

 

La ciudad se transforma. La ciudad siempre está en constante transformación, positiva o negativa, pero siempre en transformación. Y con ello sus habitantes, y a su vez sus hábitos. La modernización de la Avenida 5 de Febrero en la capital queretana ha causado mucho revuelo por sus implicaciones económicas, de trastornos viales, y desde luego de sus implicaciones políticas.

Estos temas han llamado la atención de los ambientalistas sobre los efectos en el impacto sobre los efectos de contaminación y del calentamiento en la plancha urbana; de los partidos políticos que buscan señalar corrupción; de los defensores progobiernistas de hacer notar la importancia y lo oportuno de la obra, y desde luego de los ciudadanos que usan de manera constante esta vía que ya se convirtió en neurálgica para el funcionamiento de la ciudad.

¿Qué dicen los psicólogos sobre estas obras, y sus efectos? ¿Qué dicen los filósofos de las consecuencias de estas obras viales en esta ciudad abigarrada?

Transitar en las vías de comunicación de mayor densidad en una ciudad requiere de paciencia, y de mucho tiempo, tanto si se viaja en autobús, o en auto particular. Si lo realiza uno solo o con compañía. Los diferentes momentos de estos escenarios nos muestran realidades interesantes: que actividades lleva a cabo una persona que transita por la avenida 5 de Febrero o la Avenida Bernardo Quintana? Además de estar atentos a su entorno de vialidad, los conductores o conductoras van consultando sus teléfonos móviles, o charlando con sus familiares, otros realizando operaciones mercantiles, otros quizá escuchando la radio.

También hay quien simplemente va escuchando la radio o su música de preferencia. Lo que si se ha convertido en un denominador común es la crispación de muchos conductores cuando se hace denso el tráfico o se ralentiza a tal grado de avanzar lentamente y tardarse hasta cuatro o cinco veces el tiempo regular de recorrido.

Lo que se puede observar es una calidad de vida trastocada, debido a las extenuantes horas/hombre que hay que invertir o gastar en los trayectos hacia los centros de trabajo o a las escuelas o universidades. El nivel de crispación y frustración es alto. Podemos conocer mucha estadística y numeralía sobre la cantidad de autos, los gastos de la construcción, el número de metros cuadrados de pavimento utilizado, etc. Pero no hay estadísticas referidas a la salud mental, al desgaste físico y mental que causa el transitar en una ciudad densamente poblada de automotores que inundas las arterias de comunicación citadina.

Esta es una asignatura pendiente, y hacerle saber a los ciudadanos que hay que cuidar estas áreas de salud. ¿La Universidad a través de la Facultad de Psicología estará pensando en abordar este tema? ¿Qué reflexiones llevan a cabo los hombres y mujeres durante este tramo de vida y lapso de tiempo que utilizan en este tráfico?

¿El Gobierno del Estado ha contemplado estas esferas?

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