Quienes cursamos el Máster en Derecho Constitucional del Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales (2018-2019) en Madrid, España; somos juristas,
abogadas, abogados, politólogas y politólogos provenientes de diferentes
universidades, organizaciones e instituciones públicas de América Latina y
Europa. Pero, ante todo, fuimos compañeros de nuestro amigo y colega, el
abogado mexicano Daniel Picazo González, quien fue asesinado el pasado 10 de
junio de 2022 en Papatlazolco, Huauchinango, Puebla. Ante estos hechos,
expresamos nuestra más enérgica condena y repudio.
La pérdida de nuestro compañero es insuperable, no nos cabe dentro la
impotencia y la tristeza de que nos arrebataran a nuestro hermano, ni existen
palabras que sirvan de consuelo para el dolor que hoy nos embarga.
Daniel Picazo González, quien se desempeñó como asesor en el Congreso de la
Unión de México, fue brutalmente asesinado a manos de un grupo de personas,
quienes lo acusaron sin prueba, ni fundamento alguno, de ser un delincuente.
Daniel fue linchado y quemado cuando aún se encontraba con vida, en lo que
aparentemente se ha convertido en una práctica recurrente en el estado de Puebla,
México.
Daniel fue una víctima más de la violencia desbordada que se vive en diferentes
partes de México y América Latina, zonas en las que el Estado se encuentra
completamente rebasado. Aunque hay diferentes versiones de lo sucedido, es un
hecho que el Estado no estuvo presente, ni hubo elementos de seguridad pública
que protegieran a Daniel y le dieran socorro frente a sus agresores.
Daniel se caracterizó por su inigualable calidad humana, su generosidad y su
bondad. Siempre era capaz de hacer reír a las personas a su alrededor y estaba al
lado con una palabra amiga. Un apasionado del Derecho Parlamentario, estudioso
como pocos de la dinámica en las cámaras legislativas y de las acciones que estas
llevan a cabo para la vida pública.
El caso ha calado hondo dentro y fuera de México, por tratarse de un profesional
responsable y entregado a su trabajo, sumamente comprometido con su país. No
existe ninguna razón que justifique una muerte tan inverosímil como la de Daniel
Picazo González.
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