Me Lleva El Diablo 29 de junio de 2022
Les dejamos un excelente texto del Poeta queretano Florentino Chávez, en donde el Vate le rinde un reconocimiento al extinto Fernando Tapia en su aniversario luctuoso; sobran las presentaciones de ambos.
En memoria del maestro Fernando Tapia
Gracias a la iniciativa de Fidel Soto y de Vicente Osornio por conmemorar, así sea brevemente, la obra y persona de un ser excepcional, amigo de corazón, impecable ensayista de tópicos universales y entusiasta poeta.
Gracias también al maestro Agustín Escobar a quien tanto debe la identidad queretana, dentro de la serranía como en el extranjero, por invitarme en esta ocasión a su magnífico programa.
El magistral poeta Fernando Tapia, como no podía ser menos, obsequia hallazgos de fino y discreto amante a la compañera de sus delicias, sí, también a la que trasciende los signos:
Altamente espiritual y fisiológico, entre sus habilidades desconocidas y sus ignorados pero efectivos conocimientos, nos revela, como un obsequio de los grandes maestros de la respiración e inhalación, el ejercicio ignorado de
“hacer el amor con el aire…”
También con los enseres y objetos que nos son propios y auxiliares valiosos, indispensables en la diaria tarea:
“a esta máquina de escribir
hay que enamorarla,
mujer que escribe
en su piel la poesía
dedos que penetran la intimidad
y hacen temblar la vida…”
Poeta noctámbulo, nuestro homenajeado veló, aún en sueños los ciclos femeninos de la luna, en cuerpo y sique, corazón y mente dependiente de los ritmos de la tierra, del mar y las estrellas:
“Qué vacío
sólo de no tenerte
de que no estés prendida a mi cuerpo
es que eres necesaria
en esta luna que me
devora
para llenarse
…
eres imprescindible
para que tu aliento y aroma
de mujer gaviota
me restituya
en la inmensidad
de los océanos.”
Fernando pagó el precio, duro y terrible, pero, por su gran coraje y corazón indómito, no irremediable, por querer como él decía bajar del caballo a Maquiavelo:
“esta guitarra mía
trasluce su piel de montaña
dorada y tersa de sol
hoy canta mejor que nunca
celosa de las mujeres
quiere atronar los tiempos
del corazón
arde vivaz en mis dedos
le pide al pueblo su deseo
luchar contra lo establecido
y se acurruca en mí.”
Su identidad, como la de casi toda la juventud que se preciara en América de la cultura de la Isla del Caimán Barbudo, de la música y de la revolución cubana, alentó el canto, la copla, el son que ya Sóngoro Cosongo Maracumbé, Nicolás Guillén vaticinara… Fernando Tapia pone a bailar y cantar sus letras con ritmos caribeños:
“Cuba va y va
– con un ritmo candente
-negrita, negrita córrele pa’llá
-mulata, mulatita dame tu piel
–de mar de noche
-son y son del mar
–la dignidad
-baile caliente,
-sabro-son.”
Copulador de montañas, era un pequeño titán que asumíase, como otra forma de realización erótica y culminación sexual, sobre todo, como un revolucionario incansable de conciencias y en los hechos, como un ideólogo combatiente:
“La gente debe
de tomar las calles
proclamar verdades
deshacer tajo a tajo
incertidumbres
reconquistar la historia
y la fuerza
para lanzarla organizadamente
y tirar a Maquiavelo del caballo
la gente debe sacudirse la modorra
romper la rutina
hay que conquistar la vida
que es doncella caprichosa
la gente necesita
lo que nosotros hacemos
en el lecho.”
Poemas tomados de la revista Silabario de Voces
Voz Crítica, 1999
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