En El Séptimo Cielo el Poeta queretano, Florentino Chávez nos honra con su colaboración y con gusto presentamos su espacio, esperando que semana a semana lo sigan en este su portal Diálogos En El Infierno.
Letras mohosas
A veces surgía entre las sombras doradas del poniente sangriento el habitante del panteón, encargado de casi todos los preparativos indispensables en el mundo de los muertos, llevando unos anillos aplastados con tejolotes de piedra: Deme lo que sea su voluntad, para que rescate el oro: ¡porque es oro, patrón…! Se los quité de la mano todavía blandita, a una rica que llegó hace días… ¡Al fin que ya está con Dios, y allá de nada le sirven!
Sobre el patio de la casa donde escarbaban los pollos y las gallinas, fueron apareciendo una noche, sí, otra luna, también, lápidas de cantera. Amanecían como por obra de magia, calzadas sobre el tepetate, desde la entrada a la puerta de la cocina de la abuela.
-Oiga amigo, con su experiencia –no crea que es albur, dónde está mejor uno: ¿abajo o arriba?
-Ni le buyga: Aquí arriba, patrón.
-¡Ya me lo maliciaba…!
Tiempo después, en la carnicería de Las Bellas Queretanas, el abuelo cambió su mesa de mezquite por un mostrador de cantera; la balanza y la mantequera, los cuchillos y el tronco de las bisagras mudaron de mostrador; en la percha colgaba la canal de una ternera campesina, y todavía oscuro, antes que llamaran las campanas a misa, despachaba a la clientela –yo me escabullía jorobado bajo el mostrador, a medio leer epitafios; letras mohosas en las lápidas daban cuenta, del nombre –esculpido a marro y cincel, de media docena de inquilinos del subsuelo. Alpha y Omega.
-La doña traía unas piedras de colores bien bonitos. Se me hace que son granates, patrón. Se las regalé a mi mujer. Al fin fuera del anillo, no hay quien las reconozca.
Florentino Chávez Trejo
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