Neon

 

Luz Neón

Manuel Basaldúa Hernández

Según el dato de las oficinas de inmigración en 2024, cada día arriban a Querétaro 120 personas. El paisaje material y demográfico que tenemos a nuestro alcance nos muestra una diversidad de estilos arquitectónicos en los gustos de las viviendas, así como en la composición de los grupos de personas que se van acomodando en la ciudad. Este fenómeno migratorio no es exclusivo para nuestro Estado ni para la ciudad, pero si reviste una importancia local.

El arribo de miles de personas nos advierte que convivimos con una mezcla y amalgama variopinta de costumbres, hábitos, formas de comportamiento, de visión del mundo, de posturas políticas, de cultura, de aspiraciones, y de mañas que son importadas de estos nuevos ciudadanos que se mezclan con los que recientemente se han asentado ya, y con los que tradicionalmente han nacido aquí.

Al inicio de su mandato, el Gobernador Mauricio Kuri emitió un decálogo dirigido a los miembros de su gabinete, en ese documento se destacaba el espíritu de servicio, la honradez del funcionario como virtud, empatía, cuidar los recursos y la economía, el éxito para lo cual se pide trabajo, constancia e imaginación, la obligación de respetar y hacer respetar la ley, entre otros puntos importantes.

El decálogo no ha salido a relucir en los discursos, y ante los problemas y retos de la entidad parece que ha menguado, pero al establecerlo, al menos está ahí para exigir que este se cumpla, y desde luego que se lo podemos reclamar al Gobernador. Pero, la dinámica ciudadana, y la experiencia urbana, ante el fenómeno de inmigración que hemos hecho referencia al inicio, bien valdría la pena, crear y hacer llegar a los ciudadanos ya establecidos y por establecerse un decálogo. El decálogo de los ciudadanos queretanos que guie y oriente como vivir en Querétaro. Algo así como esos cuentos de Julio Cortázar en Historias de Cronópios y de Famas; instrucciones para subir una escalera, o instrucciones para dar cuerda al reloj.

La idea, no crean que es original mi idea y petición, primero porque ya existe un decálogo para los funcionarios y burócratas que es el de Kuri. Y segundo porque vi algo parecido en Mazatlán cuando acudí a disfrutar de ese mar del pacifico. Aunque ese manifiesto no es un decálogo propiamente dicho, ni un texto de instrucciones para ser sinaloense, o específicamente mazatleco. El aviso se titula “Vive como mazatleco”. Y se compone de cinco rubros importantísimos: Valora las costumbres y tradiciones locales. Apoya la economía local. Respeta el medio ambiente. Ten cuidado cuando visites áreas naturales, de patrimonio, arqueológicas u otras que parezcan frágiles o valiosas. Y, sé un viajero informado y respetuoso.

Cada rubro despliega puntos más específicos, pero todos tienen el propósito de que la convivencia sea cordial, amigable y respetuosa. Este decálogo para el ciudadano compaginaría de manera adecuada con el decálogo de los funcionarios, y con ambos podríamos tener una ciudad y una comunidad armónica y próspera. Sabemos que los mexicanos contamos con una sobre-reglamentación y todo está lleno de leyes y reglamentos, que nadie respeta ni obedece, y mucho menos conoce. Pero si podemos acudir al llamado de la empatía con el propósito de seguir con ese decálogo del ciudadano queretano.

Nos quejamos de la basura, pero somos indolentes ante la basura que hay frente a nuestras casas. Vemos los montones de basura en las esquinas de las colonias o cruceros, pero no las reportamos y hacemos como si no existieran. Nos quejamos del tránsito, pero no respetamos el uno a uno, queremos que no haya cables aéreos, pero incentivamos los contratos de compañías que no respetan el medioambiente y llenan de cables el espacio, y así sucesivamente entre otras cosas.

Los nuevos avecindados llegan tratando de colonizar nuestra población sin preguntar como son las costumbres locales, y por eso se vuelve una anarquía total dado que no hay quien oriente ni guie las costumbres o comportamientos. Pero si las autoridades, además de divulgar adecuadamente los reglamentos correspondientes construyen un decálogo amigable, al menos se dirá que si estamos interesados en encontrar un punto de convergencia de convivir armónicamente en la ciudad y la zona metropolitana de Querétaro.

 

 

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