Mi corazón era de piedra,
Mis ojos ciegos en la luz,
Feliz era en el desierto
Y yo, desierto, era feliz.
El amor llegó jugando,
Mi espacio, vasto, se eclipsó:
¿Por qué el alma se oscurece
Si el amor es fuente de luz?
Después de ti, la primavera
Perdió las flores, los tonos
Verdes tornaron sepias
Y ya la vida no la entendí.
Mordida de lobo es el amor primero,
Celos y desvelos anidan en su cueva,
Noches húmedas que no amanecen,
Pena de muerte sin pecado ni motivo.
Después de ti, incertidumbre,
Certeza en el dolor, ruegos, reclamos,
Sentimientos que muerden,
Bocas que sonríen y se alejan.
Libre era antes de conocer el amor,
Dejé de serlo cuando lo apresé:
¡Es el precio inevitable de vivir!
¡Lo sabe todo inerme enamorado!
Después de tí, entrega fatal,
Como río que busca el mar,
Fasto, entre besos y peñascos,
Caricias entre vados y cascadas.
No se puede vivir de otra manera,
El amor es voluble como el aire,
A veces brisa a veces vendaval,
siempre deseando volver a empezar.
Amor, emoción que abre abismal herida,
Herida abierta en nimbo de algodón,
Columpio de vida, que va y que viene,
¡Herida de amor que nunca ha de cerrar!
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