Neon

Luz Neón  

 

Manuel Basaldúa Hernández 

 

La presencia de los padres de los estudiantes asesinados en Ayotzinapa a Querétaro fue en reciprocidad a la visita que hicieron alumnos de la UAQ a la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” en Guerrero en aquel lejano diciembre de 2014. Este encuentro se dio después de la desaparición de los 43 estudiantes de ese plantel a los que acudieron para solidarizarse.  Los familiares de los muchachos asistieron a dar una conferencia y un testimonial de ese cruento evento a la comunidad de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ, el cual fue tan emotivo como aquel encuentro donde Rafael Vázquez describe en su artículo de Tribuna de Querétaro en diciembre de ese mismo año.  

Como mudo testigo ha quedado para la historia de esa ignominia un muro con las imágenes de los rostros de los 43 estudiantes, ahí en la escalinata que da paso al corazón de la FCPyS. A esa conferencia de los padres de familia acudieron no solo universitarios, sino otros ciudadanos que querían enterarse de lo sucedido en Iguala, Guerrero. Después, otros actos se desarrollaron en nuestra entidad para analizar y discutir lo que había pasado con los alumnos de la escuela normal rural guerrerense.

Como la mesa de análisis “Desapariciones: un asunto de estado”, que promovió en la Legislatura de Querétaro la Diputada por morena Herlinda Vázquez Munguía. En esta mesa acudió de manera presencial el sacerdote Solalinde, activo promotor de ese movimiento de regeneración nacional (morena), entre otros invitados a la mesa de análisis, en donde el eje de la denuncia fue el estado, además de insistir en una crisis de derechos humanos. Solalinde señalo enfatico en esa mesa, donde la mayoría coincidió con el prelado que las fuerzas armadas y la marina eran ejemplares y un orgullo para el país, según dijo, y agrego que tales fuerzas fueron corrompidas al “policializarlos” y meterlos a la guerra contra el crimen organizado.

En suma, los integrantes de morena, como los integrantes de esa mesa,  denunciaron la militarización y la corrupción que existe en esas esferas afectando a la juventud de aquellas regiones del sur del país. Guerrero, y específicamente Ayotzinapa que estaba muy presente en Querétaro, con esa solidaridad hacia los familiares de los 43 desaparecidos.  

A 10 años de lo ocurrido, quienes tenían como bandera el movimiento de los 43 estudiantes desaparecidos, como morena, hoy gobierno y a la vez parte del estado, no lograron resolver el caso, tal como lo prometió el entonces líder de ese movimiento y candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López. Y no solo eso, sino que, adelantándose a las conclusiones del caso, exculpa al Ejército en el marco de la inminente militarización en la que se dará a partir de las reformas a la constitución que él ha promovido.

Como diría un eminente morenista queretano para este caso en el 2014: “el pueblo de México, la víctima, el estado mexicano, el victimario” tiene viva esa deuda. Porque además de omiso, incapaz e ineficiente, el gobierno morenista le falló a los familiares de los estudiantes de Ayotzinapa.  

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