Agua que habrá de correr
Tanta agua el Cielo aventó
Y a ratos tanto tanto llovió,
Que de las ranas concierto
Su incesante canto volvió.
Sendas y callejuelas ríos se volvieron,
La fuerza del viento sin rumbo bramó,
Fuentes del drenaje desnudas brotaron
Y el embalse dócil del pueblo derramó.
Volaron cables, láminas y matas
El agua lodosa a las casas entró
Flotaron sapos, serpientes y ratas,
Y la Ermita ni santo ni altar salvó.
El Sol afligido se posó sobre el pueblo,
Libre de nubes sus ojos pudieron mirar
Cuánto miedo y cuánto diablo
El agua nueva deja al pasar
La lluvia renueva, es vida y dolor,
Alegría y apremio cuando anega,
Ruina y pesar cuando no llega.
¡El agua es mansa y es pavor!
Arrasa a veces con todo el solar
Más nunca se debe a mal querer,
Pues viendo la tierra seca cuartear
¡Rogamos al Cielo que vuelva a llover!
Carlos Ricalde
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