Me Lleva El Diablo 11 de abril
Ayer en Querétaro y en todo México se celebró la consulta popular sobre la revocación del mandato del presidente de la República.
Es, fue, debe de ser un ejercicio de referencia en la vida política del país, en el balance final debe de ganar la democracia, no un grupo, un partido, u otro.
Sin conocer aún los resultados las cifras oficiales del INE, la votación oscila entre el 18 y el 20 por ciento de participación, unos 18 millones de participantes; pero sea el número que sea, es sin precedentes el ejercicio en el país, es formalmente un referéndum que plantea la disyuntiva entre retirarle la confianza al jefe de Estado o ratificársela hasta agotar su período en 2024.
Independientemente del si o del no, de los que promovieron una u otra respuesta; de los que promovieron o no la participación, el fondo del asunto es diferente.
Creo que el ejercicio es muy importante para los mexicanos, porque se trata no de la permanencia de AMLO o de que se vaya a la mitad de su mandato, creo que el asunto tiene que ver más con la democracia, con un cambio de fondo del sistema político mexicano.
Se trata de instaurar un mecanismo como es la democracia participativa, es un cambio mayor que debe llegar para quedarse, no se trata solo de AMLO, se trata de que, de aquí en adelante los presidentes, los gobernadores y hasta los senadores, se puedan someter a este mecanismo de revocación de mandato.
Las circunstancias políticas, sin embargo, han hecho de la cita una operación electoral con la que el mandatario busca reivindicar su proyecto ante sus seguidores, por una parte, y por otra la forma en que la oposición entiende la democracia, con el boicot, no a AMLO, sino a un mecanismo transparente que viene a tratar de perfeccionar el sistema democrático mexicano.
La rendición de cuentas de todos los servidores públicos deben ser parte de los valores cívicos de México, de Querétaro.
La consulta fue un compromiso de López Obrador, que se convirtió en su principal promotor, y figura en el programa de su partido, Morena, pero se polariza la situación, como casi en todos los temas de AMLO, y por una parte con el voto en contra de sus adversarios, que es parte de la consulta, y contando con que la oposición optó por boicotearla llamando a no participar, se llevó a cabo el escrutinio.
Pese a que ayer domingo para la mayoría de los medios de comunicación en la entidad no resultó importante el ejercicio constitucional, no se difundió el proceso de votación, tomando así un posición política que no corresponde a los medios decidir si se acude o no, sino que esa es una decisión ciudadana, en el estado de Querétaro, fueron instaladas un total de mil 87 casillas previstas para el ejercicio de la consulta ciudadana por la revocación de mandato, señaló Ivonne Padilla, vocal ejecutiva de la 05 Junta Distrital del INE. Con este número de casillas, se pretende atender a un millón 776 mil 65 personas que están inscritas actualmente en el padrón electoral de Querétaro.
En realidad la oposición se equivoca al pensar que el ejercicio es para fortalecer o promover a AMLO, el presidente no lo requiere, al momento conserva una popularidad muy elevada que anda en el 60 por ciento.
El país pasa por un momento político decisivo. A pesar de los problemas cotidianos, empezando por una grave crisis de seguridad, no hay escándalos mayúsculos sobre la mesa que justifiquen una movilización masiva. Y, además, comienzan las vacaciones de Semana Santa.
La polarización es cada vez mayor, aunque el que más la ha explotado es precisamente López Obrador. También durante esta carrera electoral.
La figura del revocatorio se supone que es para empoderar al ciudadano ante una pérdida de confianza de un mandatario. Ese es el fondo del asunto, y parece que hay muchos a los que les molesta el ejercicio real de la democracia participativa.
La consulta marca de alguna manera un antes y un después en la vida política del país, lo queramos o no. Hallamos participado o no: debe llegar para quedarse.
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