Mambrús*
Si yo fuera como tu,
Cuánto bien haría.
Acaso las mujeres y los hombres
Que pueblan el mundo
¿No han visto alguna vez
La plácida ternura que en tus ojos
De mar profundo,
Sana penas y olvida enojos?
¿No reconocen acaso
Las veces que abrazados
A tu mullida piel,
Han llorado desesperados
Ya por traición o fracaso,
Ya por rencor o sabor a hiel?
Si yo fuera como tu,
Cuantas penas sanaría.
Cuantos besos y arrumacos
Y alegrías tantas que regalas
Con la lengua y con las patas;
Cuantos brincos, alocadas marometas,
Rehiletes con la cola y como trompo
Mil revueltas cuándo a casa llego.
Haces bulla y me renuevan
Tus desbocadas piruetas
Que yo pago agradecido
Con un poco de agua y unas duras galletas.
Si yo fuera como tu,
Cuanto amor entregaría.
Vastas heridas a diario,
En el mundo se curan con sal
Y cuantas veces, el agravio necio,
Las vuelve a desgarrar:
La inocente que sufre un ataque brutal,
El patrón que no cesa de abusar,
La mujer que se va con el amigo,
El hermano que se vuelve tu enemigo,
La confianza que en tu casa se robaron,
El maldito pederasta, el proxeneta,
El genocida, el que mata sin razón,
El que miente y a la envidia se ata,
El que se roba de una imberbe el corazón
Y le implanta el tacón en la banqueta.
Si yo fuera como tu
Ningún mal existiría.
“Perro que ladra no muerde”,
“Maldito perro faldero”,
-Son voces que por ahí se escuchan
A gente mala, sin duda me refiero,
Que no ve en ti el amor que prevalece:
¡A otro perro con ese hueso!, maldicen.
Aunque así se expresan, querido perro,
Fiel e incondicional compañero,
Confirmo que eres el mejor
Y el más dulce amigo del hombre,
Que igual mueves la cola al pudiente
Que al último de los mendigos
Y que la Tierra sería bendecida
Si aprendiera de tí que, mover la cola,
¡Es lo mejor de la vida!
Ah, si yo fuera como tu,
¡Cuánto bien haría!
Carlos Ricalde
* Mi mejor amigo en mi párvula existencia
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