PARA JUICIOS DIOS, PARA VERDADES EL TIEMPO

Por Pedro Alfonso Ochoa Ledesma

olpaqro1@gmail.com

Genera enorme gusto, saber y conocer del comunicado que hizo el viernes 4 de febrero pasado el Canciller de la Diócesis de Querétaro, el Presbítero y Lic. Israel Arvizu Espino de que, por instrucciones del Señor Obispo Don Fidencio López Plaza, una vez lograda la aprobación del Vaticano para ello, informa que Don Luis Ugalde Monroy es nombrado como Sacerdote Adscrito a la Parroquia Del Sagrado Corazón de Jesús (Santa Clara) en la ciudad de Santiago de Querétaro, reintegrándose también al presbiterio como Responsable Diocesano de la Pastoral del Cuidado Integral de la Creacion, para lo cual el lunes 7 de este mes de febrero quedará materializado con justicia su reintegro al Clero , en una ceremonia concelebrada con el señor Obispo, Don Fidencio López Plaza, en la Basílica de la Virgen de Soriano ubicada en Colon, Qro., coincidiendo con el 158 aniversario de la creacion de la Diócesis de Querétaro.
La historia personal de vida de Don Luis, es tema insólito y de especial relevancia, ante su auténtica y fidedigna entrega al movimiento de Cajas Populares en el estado de Querétaro y en el Bajío, permitiéndole su formación familiar, teológica y filosófica, entender y ubicar a la economía social y solidaria, como perspectiva de ayuda mutua, con visión de desarrollo y dirección humanista, manteniendo hasta la fecha a sus casi 97 años su doble vocación, la de servir a Dios y al prójimo.
Don Luis ha basado su activismo en el cooperativismo de ahorro y préstamo en la doctrina social de la Iglesia Católica, invitándolo inicialmente en 1951, recién ordenado como sacerdote a sus 25 años, el entonces Obispo queretano (1933-1957) Don Mariano Tinajero y Estrada para que trabajara en esa misión.
Literalmente don Luis ha dicho en relación a su incorporación al movimiento de Cajas Populares “yo vine, no me llamaron; yo llegué, no me trajeron; estoy persuadido, no me empujan”. Su entrega no ha sido sencilla, teniendo que afrontar y enfrentar en su trayectoria difíciles e incomodas situaciones con autoridades eclesiásticas y civiles del estado de Querétaro, padeciendo y sufriendo difíciles y desagradables experiencias.
Entre algunas de las consecuencias de su actividad, Don Luis recibió en 1968 amenazas de muerte, atestiguando las mismas su señora madre y tía, así como su expulsión del Clero, por el Obispo en turno Alfonso Toris Cobián el 17 de mayo de 1975, un domingo de Pentecostés en el que se dio lectura y pegó en todos los templos de la Diócesis queretana el comunicado de su expulsión, cuando ya sumaba entonces 24 años de su ejercicio sacerdotal.
“Su pecado” motivo de expulsión, fué el propulsar la economía popular para protegerla de usureros, agiotistas, prestamistas y del excesivo cobro de intereses de créditos bancarios, promoviendo y fundando en Tequisquiapan la primer Caja Popular en el estado de Querétaro, la Santa María de Guadalupe, el 16 de diciembre de 1956, asistiendo como testigos de honor el

precursor a nivel nacional del movimiento de cajas populares en México, el ilustre sacerdote Pedro Velázquez Hernández y el señor Obispo que le inculcó la semilla cooperativista, Don Mariano Tinajero y Estrada.
Paradojas existenciales en la vida de Don Luis, un Obispo lo invitó al movimiento cooperativo hace 71 años (1951), otro Obispo lo expulsa como sacerdote hace casi 47 años (1975) y en este año 2022, el actual Obispo Don Fidencio López Plaza lo rehabilita como sacerdote adscrito.
Conociendo de lo amargo del sabor de la hiel, por intereses, egoísmo y la envidia humana, obedeciendo a su misión congruente a su vocación personal, afortunadamente ahora la vida le permite a Don Luis disfrutar también del sabor de la miel.
Me atrevo a decir que, así como Don Jesús Romero Flores fue el último de los diputados Constituyentes del 1917 en dejar este mundo, Don Luis es el último testimonio viviente de ese inicial preclaro grupo de personas encabezadas por los hermanos sacerdotes Pedro y Manuel Velázquez Hernández, que trabajaron a partir de 1951, hace 71 años, impulsando el cooperativismo social de ahorro y préstamo, para favorecer y en solidaridad principalmente, con el segmento poblacional de menos recursos en el país.
Don Luis significa un agente de cambio social en nuestro querido México, siendo un orgullo para quienes hemos tenido la oportunidad y el honor de conocerle, tratando de aprenderle, a traves de su invaluable labor, significando un ejemplo para las pasadas, presentes y futuras generaciones; visto lo visto, sus cualidades entre otras, de nobleza, calidad humana y congruencia así lo indican.
A sus 96 años, Don Luis se mantiene activo en su lucha por lograr grandes propósitos, siendo el mayor, el de alcanzar una sociedad más justa y solidaria, participando a la fecha como coordinador Ad Horonem y ponente que será en algunos temas, a partir de marzo próximo del Diplomado sobre Cooperativismo y Economía Social que será impartido virtualmente por la Fundación Universitaria de Derecho, Administración y Política- FUNDAp.
Desde 1973, hace 49 años, Don Luis escribe diariamente en el periódico queretano Noticias su columna DECIAMOS AYER, con su incansable afán de seguir combatiendo injusticias y restaurando causas sociales; respetuosamente les invito a que lo sigan y lean.
* Esta expresión se la escuché a Don Luis Ugalde Monroy hace muchos años en mi tierra Tequisquiapan, sin duda, sí aplica, dedicándole con respeto, aprecio y admiración éste artículo.

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