Hacer mágico lo común, encontrar la esencia de lo cotidiano, eso hace Narda Euridice Trejo, escritora queretana que nos demuestra que la esperanza de la vida esta en la poesía, en la trascendencia de lo aparentemente sin importancia, como lo es un vaso desechable, que es profundo por su permanencia milenaria y que Narda nos lo presenta no solo como materia inerte, sino que su pluma lo hace más humano.
El vaso
La mano temblorosa
también la mano firme
la indecisa
y la resignada
bebieron de ti
ávidamente
el vino
el agua
el remedio
saciando todo tipo de sed
luego te olvidaron
contenedor inanimado
objeto útil
sobre ti
tantos indiferentes labios
te veo ahora
y te concibo preciado
porque me haces falta
nunca sabrás
que te agradezco
ser la herramienta
que me permite
apagar toda sed manifiesta
ahora te lavo.
El vaso
La mano temblorosa
también la mano firme
la indecisa
y la resignada
bebieron de ti
ávidamente
el vino
el agua
el remedio
saciando todo tipo de sed
luego te olvidaron
contenedor inanimado
objeto útil
sobre ti
tantos indiferentes labios
te veo ahora
y te concibo preciado
porque me haces falta
nunca sabrás
que te agradezco
ser la herramienta
que me permite
apagar toda sed manifiesta
ahora te lavo.
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