Por: Manuel Basaldúa Hernández
“No es más limpio el que limpia sino el que menos ensucia” señala un aforismo del británico Barón de Gilwell y Lord Robert S.S. Baden-Powell.
La ciudad de Querétaro se ha hecho acreedora del reconocimiento de la gente oriunda y sus visitantes de ser una de las ciudades limpias, que no tiene basura en sus calles. Esto ha permitido que desde hace ya varios años se le distinga con el otorgamiento de un trofeo que concede la agrupación española Ategrus. “Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y Medio Ambiente”. Muchas ocasiones ha recibido la “escoba de oro” y en otras mas la “escoba de platino” como en este año.
El Ayuntamiento de Querétaro ha marcado la pauta en el Estado para el cuidado de la limpieza de su centro histórico, y esto ha sido replicado en los municipios colindantes que se han integrado a la mancha urbana metropolitana.
No es una tarea fácil, toda vez que no hay una campaña sistemática en la ciudad sobre no arrojar basura al piso, usar los cestos para basura de mano, y depósito de basura mano en los contenedores, así como el manejo de los residuos forestales de la poda urbana. Tampoco hay una información sistematizada dirigida a la ciudadanía sobre la basura que se produce, en la localidad, y tampoco existe en los programas escolares un tema que se incluya en las materias de civismo esta práctica de limpieza.
Experimentamos en estos tiempos una fase de consumo intensivo y su consecuente desecho sistemático. Al menos un kilo de basura se genera diariamente por persona en promedio, esta cantidad esta relacionado con la utilización de productos orgánicos e inorgánicos. El INEGI tiene considerado que en promedio en el país se produce un poco más de 100 mil toneladas de basura diarias. Y en Querétaro se estima un promedio de 900 toneladas al día. La política ambiental ha promovido reciclar los desechos materiales, pero no existe hasta la fecha un sistema adecuado donde esto se logre al cien por ciento. En la ciudad se genera basura de desechos orgánicos, así como los inorgánicos tales como los plásticos, metales, papeles, vidrio y los derivados de aparatos electrónicos, así como los llamados “tiliches”.
El centro histórico se mantiene limpio, es cierto, no así se puede decir lo mismo de toda la ciudad. En la periferia y los suburbios la basura es notable en la vía pública. El asunto de la basura atraviesa por diversos campos administrativos con un alto grado de dificultad para su manejo. Ya ni se diga con una población que no colabora al respecto. El frecuente observar como personas arrojan al piso envoltorios de un producto que acaban de consumir, personas que sacan a pasear a sus mascotas y no se hacen cargo de las heces de estas, a los automovilistas que arrojan basura a través de sus ventanas, a los fumadores a tirar al piso las colillas de sus cigarros.
El centro histórico se mantiene limpio, es cierto, pero es resultado de una limpieza constante e intensiva a cargo de trabajadoras del Ayuntamiento. Hombres y mujeres se dedican laboriosamente a recoger la basura, pero la ciudadania llena rapidamente los cestos y los contenedores. Los comercios establecidos generan demasiada basura que se acumula por las mañanas en las principales calles de la ciudad. No ha conciencia del cuidado ambiental.
La primera tesis de la Maestría en Antropología de la Universidad Autónoma de Queretaro hace como 30 años, fuédedicada a este tema de la basura en la ciudad y la limpieza de su centro histórico. Gloria Rosas (qepd) realizó un interesante y exahustivo trabajo de campo para obtener su grado de maestra en Antropología Social con las mujeres trabajadoras y el personal de limpieza del municipio en turno. Tituló a su trabajo “El remanso de la escoba” y se enfocó en todo el esfuerzo y labor que decenas de mujeres llevan a cabo en las calles de la ciudad, para dejar impecable los lugares que se les asignan y tener a la ciudad limpia.
En algunas ciudades europeas, en cada alcantarilla hay una placa con la leyenda “aquí empieza el mar”, para recordarle a los ciudadanos de que no arrojen basura a al drenaje porque esta a final de cuentas terminará en el mar. En nuestro caso, terminaria en un río o en el Lago de Chapala, pero igual también terminaria en el mar.
Es halagador recibir premios por mantener limpia la ciudad. Pero lo sería mas si tuvieramos un gobierno local y su ciudadanía que tuviera conciencia ecológica y mas preocupación por el medio ambiente. Reducir la basura y encauzarla al reciclaje sin contaminar suelos y rios si que nos diera merecimientos de un premio mayor, o al menos, de esa conciencia de la que hablamos.
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