Me Lleva El Diablo 30 de junio
Toque y rol, era una forma de identificación en las “tocadas” de rock de los 70 y 80´s en el salón Concordia, en el del Mercado Escobedo, o en cualquier fiesta de los entonces, y ahora, estigmatizados “chavos banda”: toque y rol, es decir fúmale y pasa el “churro”.
Pero no solo en los barrios y los “chavos banda” le atizaban, en la prepa, en la profesional, principalmente en las carreras de Ciencias Sociales, se “forjaba” el papel arroz y a “quemar”.
Consumo de “mota” va ligado al cultivo y distribución de la misma, actividades que han tomado, a querer o no, cartas de naturalización entre la sociedad, en todos los estratos sociales.
Por eso, y por muchas cosas más, la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la prohibición absoluta de la mariguana en el país.
Saquen para andar iguales: la Suprema Corte acaba de anular un par de artículos de la Ley General de Salud en los que se prohibía el consumo lúdico de la marihuana
Es una decisión que más allá de prejuicios es de avanzada, tiene sus asegunes, sí, pero más allá de juicios y prejuicios, hay que reconoce la decisión de los Magistrados.
Más allá de que la Corte ya lo había decidido antes, lo que los ministros hicieron fue un jalón de orejas a los evasivos diputados federales que simplemente no se atrevieron a legislar sobre regular el cultivo, procesamiento, distribución y consumo de la “juanita”.
Y eso que tenían el mandato de la Corte y no lograron acuerdo después de pedir tres prórrogas.
Hay que dejar en claro, puntualizar, que la decisión de los ministros solo funciona para que Cofepris – órgano del sector salud en el gobierno federal- no pueda negar permisos para individuos que quieran plantar para consumo propio, y eso con varias limitaciones.
Pero no se emocionen, ni salgan a sembrar en sus macetas, porque los efectos para el consumidor de cannabis no son todavía muy reseñables, aún deben estar a la espera de cómo actúen los legisladores a partir de ahora.
El único cambio que plantea la declaración de inconstitucionalidad aprobada es que el consumidor tendrá ahora que pedir un permiso a la Comisión Federal para la Protección de los Riesgos Sanitarios (Cofepris) para poder plantar y fumar marihuana.
Esos permisos antes se solían denegar y el ciudadano se veía en la obligación de presentar un amparo, algo que no está al alcance de todo el mundo.
Amigos “pachecos” tengan cuidado porque la ley dice que una persona puede poseer hasta cinco gramos de marihuana para su consumo propio, pero eso no impide que la policía te pare en la calle y te lleve detenido hasta que compruebe la cantidad exacta que cargas, y la decisión de la SCJN nada tiene que ver con eso, porque le manda “churro” al Poder Legislativo.
Toca el turno una vez más al Congreso si es que queremos avanzar. Quisiera ser más optimista, pero revisando lo que ha sucedido con todos los partidos cada vez que se ha dado esta discusión, no está claro que ahora vayan a resolver algo o en qué sentido lo legislen.
Por ahora, nada ha cambiado todavía respecto a eso – al consumo y cultivo- porque la ley de regulación del consumo del cannabis está atascada en el Senado y aún no se ha regulado el mercado ni despenalizado.
Por ahora, solo se puede consumir en casa y siempre que no haya menores. Esa ley establece también la posesión de un máximo de cinco plantas en casa, pero aún no está aprobada.
Puedes fumar en casa, pero la compras en la calle y el traslado de la droga hasta el domicilio si te “topan” puede suponer un problema con la policía y la justicia.
La ley te obliga para su consumo a ser mayor de edad y no fumar delante de terceros que no hayan dado su consentimiento. Tampoco se puede manejar un automóvil ni maquinaria bajo los efectos de la droga. Y nunca se consumirá delante de menores.
La Corte insta a regular sobres este asunto “para dar seguridad a los consumidores” y manda a la Cofepris que dicte lineamientos para la adquisición de semillas. Pero no ha establecido, porque no le corresponde, cuántas plantas se pueden tener, ni qué cantidad se puede consumir, ni dónde hacerlo.
Para mala suerte de los “mariguanos”, sin afán de ofender con el término, eso dependerá de los legisladores.
Y ya sabemos como se las gastan los diputados. Todavía quedan muchos detalles pendientes.
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