El hombre como especie humana ha requerido de protección de su cuerpo contra los elementos del exterior. La figura de un hombre primitivo cubriendo sus genitales con un raquítico trapo a la cintura, y en el caso de las mujeres habría que agregar un pequeño trapo mas en su pecho ha sido una imagen típica que tenemos de nuestros antepasados.
La ropa fue cobrando significancia a medida de las condiciones climáticas en donde se asentaban los distintos grupos sociales. Los egipcios fueron los que iniciaron a usar sencillas mantas sobre su cuerpo según refieren datos de hace mas de 2,000 años antes de cristo. En el pueblo de Creta se ha encontrado vestigios que datan del año 1,700 antes de cristo que las mujeres empezaron a usar un sujetador para los senos. Era una sencilla correa que les levantaba sus pechos. De igual forma y etapa, en el pueblo persa se han encontrado referencias que empezó a usar una especie de calzones.
Las vestimentas se fueron ajustando al cuerpo para dar protección de las inclemencias del tiempo, pero también para dar movilidad en las diversas actividades necesarias a las que se tenían asignadas las tareas cotidianas.
Del Siglo XIV y el XVIII en adelante la ropa interior fue cobrando importancia. Y de la época de la revolución francesa fueron destacándose más estas prendas “intimas”. El llamado “cotte” aplastaba al busto femenino que se usaba bajo los corpiños. Luego fue impuesta la moda de los calzones tanto para hombres y mujeres.
La ropa exterior e interior fue imponiendo no solo una forma de protección sino para distinguir a los pueblos, además de representación de la pertenencia a ciertas clases sociales. También era una forma de sujetarse a las medidas morales que se fueron imponiendo mediante las ideologías de los gobiernos en turno y la forma de pensamiento.
La estética en las prendas fue agregándose para ser catalogada posteriormente como un atuendo distintivo. La moda fue un elemento más que se agregó en la confección de las prendas para los individuos. No eran ya unos simples calzones o ropa interior, apareció la lencería, las prendas diseñadas por especialistas y que controlan los mercados de la moda mediante “marcas” distintivas.
El hombre se ha enfrentado a varias pandemias en su historia. Las que se han registrado nos indican que una de ellas fue la “peste de Justiniano” unos 500 años después de cristo, y quizá la más recordada ha sido la “peste negra” aparecida en el Siglo XIV, y posteriormente una nueva aparición en el Siglo XVII. Es muy emblemática la máscara con pico que emula la cabeza de un pájaro y la túnica que cubría gran parte del cuerpo para protegerse del mal. En la época moderna es recordada también la “gripe española” como una pandemia mortífera.
Ahora con la pandemia del Covid19 requerimos de un instrumento que ha sido fundamental para contener los contagios y evadir a la enfermedad, ese instrumento es el “cubrebocas”.
Se ha convertido en un elemento necesario en nuestra vestimenta. A ver, vamos a replantear ¿Se ha convertido en un elemento necesario para nuestra vestimenta? ¿El cubrebocas es una prenda? ¿Es una ropa -considerando que la ropa es una prenda que viste a las personas- necesaria? ¿Es ropa intima?
Dadas las condiciones de alto nivel de contagio del virus del covid, del manejo de las campañas de vacunación, de los repuntes que se han experimentado en diversos puntos del planeta, así como de las variantes de este virus, y del pronostico de una larga temporada de esta pandemia, el cubrebocas seguirá siendo necesario y vital para el cuidado de nuestra salud más allá de las medicinas aplicadas. El cubrebocas será parte obligatoria de nuestro atuendo.
El cubrebocas es una ropa personalísima. Pero además de ser un elemento esencial para la protección de nuestra salud, será un elemento para distinguir la etiqueta, la cultura del cuidado, el respeto a los demás, y también un indicador importante de como los gobiernos locales están al pendiente y desarrollando sus políticas de salud pública.
La utilización de esta prenda requiere de una atención mas cuidadosa por la parte individual, como de la parte gubernamental. La adquisición, distribución, uso y desecho de la multicitada prenda requiere también de una instrumentación para mitigar su impacto ambiental.
Si el virus se convertirá en un agente endémico, el cubrebocas debe ser considerado un elemento esencial del atuendo humano. De ese sencillo trapo dependerá el éxito o no para vencer al covid. También será un símbolo de la adquisición de la consciencia de los humanos frente a los retos de la naturaleza.
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