Con las disculpas de antemano por el símil, pero el 11 de septiembre, el día del atentado a las Torres Gemelas parece que se va a replicar en Morena Querétaro este 11 de abril, cuando la dirigencia nacional atente contra la democracia interna del partido-movimiento.
Se dice que la política es la base para la construcción de la vida en sociedad, la herramienta para la gobernanza y para la organización entre las personas. En la política necesitamos líderes capaces de representar los intereses colectivos y, del mismo modo, seres humanos íntegros para defender las necesidades comunes. Al menos, así debería ser.
Pero parece que eso no aplica para Morena, no es así, sino todo lo contrario: el desorden al interior de Morena, que inicio con la designación de su candidata al gobierno del estado, sigue y tendrá consecuencias graves.
Continua el malestar y la incertidumbre tanto en seguidores, militantes y aspirantes a alguna candidatura local de Morena, ya que la Comisión Nacional de Elecciones (CNE) acordó modificar la fecha de resultados para el registro de candidaturas a las alcaldías y diputaciones locales para el 11 de abril.
Vale recordar que, originalmente la CNE había estipulado como plazo máximo para la definición el martes 6 de abril; pero con este acuerdo se confirma que Morena pretendería que ninguno de los aspirantes que no sean beneficiados con alguna candidatura tenga tiempo de serlo para otra fuerza política.
Pero la falta de claridad ideológica y conducción de los quehaceres políticos en Morena ha dado como resultado un amasijo ininteligible de intereses encontrados en la elección de candidatos locales que no parecen ser el sostén del proyecto de transformación que requiere este gobierno, pero que se entreveran en el inmenso saco de contradicciones que es Morena.
Para Morena, hoy en día, el gran reto es el de recuperar la empatía y la participación ciudadana, de regresar a la política el principio de servir a las personas y dignificar la figura del político y del servidor público, pero eso sólo puede ser mediante la ciudadanización del partido, pero eso no va a pasar.
Lo que, si va a pasar, es lo que espera Carmen Gómez que no pase.
Ella dice esto no debe pasar este 11 de abril:
Que las candidaturas tengan precio y se entreguen a los que pagan por ellas.
Que los ciudadanos estemos siendo engañados esperando las listas de candidatos locales, cuando éstos ya fueron pre registrados, con todo y listas de suplentes y regidores
Que nuestra candidata ande tan sola o tan mal acompañada.
Que Morena no tenga participación alguna en el proceso y los que deciden son los de afuera.
Que los representantes populares abandonen sus responsabilidades para buscar otros puestos, como si tuvieran excelentes resultados.
Que no se respete el principio de NO REELECCIÓN que ha abanderado el movimiento amloista y la 4aT.
Que se tarden tanto en poder agendar reuniones con gremios importantes.
Que los prianistas ocupen las posiciones de Morena, que deben ser para la gente de izquierda.
Por qué si sucediera, estaríamos en grave riesgo.
Hasta ahí Carmen Gómez.
Y digo que si: están en Morena en grave riesgo y todo eso está pasando.
El presagio de la militante, activista y luchadora social parece toda una justificación de Morena ante el predecible escenario de derrota.
Porque después de tantos errores de la dirigencia estatal y nacional solo de una manera se explicaría un triunfo en la entidad de Morena: por vía del acuerdo.
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