L LLANO EN LLAMAS
Sergio Romero Serrano 270723
POESIA ERES TÚ
La poesía debería ser un tema obligado en las escuelas de educación básica, así como el teatro. El desconocimiento sobre estos géneros literarios en el país, es impresionante.
Existe prácticamente un nulo acercamiento en las escuelas a estas disciplinas que –entre otras funciones- oxigenan el lenguaje y sacan de su marasmo existencial a los adolescentes.
Los tiempos actuales, basados en las relaciones utilitarias, pragmáticas, individualistas y utilitarias, han hecho que los jóvenes hoy interactúen bajo patrones de consumo, donde el placer es lo único que importa, produciendo un beneficio personal y la satisfacción lúdica de egos y necesidades.
Crean redes de autocomplacencia donde la superficialidad y la frivolidad marcan el tono de relaciones huecas, endebles o desechables y provisionales – diría Serrat- que se manifiestan incluso en los patrones del lenguaje que utilizan para ello.
En contraste, la poesía purifica el habla, la revitaliza. Redimensiona las palabras y crea identidades más sanas y fructíferas. Dice Neruda:
Llegó la poesía a buscarme. No sé, no sé
de dónde
salió, de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces,
no eran
palabras, ni silencio,
pero desde una calle
me llamaba,
desde las ramas de la
noche,
de pronto entre
los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba
sin rostro
y me tocaba.
Pablo Neruda
El lenguaje burdo de la transacción comercial, del tecnicismo leguleyo, de la mercadotecnia y las tecnologías baratas, han matado la imaginación y la creatividad que permeaba las expresiones populares de antaño y que era –sin duda- uno de los antecedentes de la poesía.
Hoy es muy raro ver a alguien leyendo poesía. Los refranes antiguos que versados preservaban la sabiduría del pueblo, marcando patrones de conducta y valores para enfrentar los avatares de la vida y las incertidumbres de la existencia:
Me tienes en tus manos
y me lees lo mismo que
un libro.
Sabes lo que yo ignoro
y me dices las cosas que
no me digo.
Me aprendo en ti más
que en mi mismo.
Eres como un milagro
de todas horas,
como un dolor sin sitio.
Si no fueras mujer fueras
mi amigo.
A veces quiero hablarte
de mujeres
que a un lado tuyo
persigo.
Eres como el perdón
y yo soy como tu hijo.
¿Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo?
¡Qué distante te haces y qué ausente cuando a la soledad te sacrifico!
Dulce como tu nombre,
como un higo,
me esperas
en tu amor
hasta que arribo.
Tú eres como mi casa,
eres como mi muerte,
amor mío.
Jaime Sabines
Me decía un alumno de preparatoria, hace algunos años, después de que en clase leí un poema de Miguel Hernández: “profesor: ¿qué la poesía no es como para geys?”
La observación me derrotó. Independientemente de todo, la poesía era un género tratado en las aulas desde la primaria hasta hace no mucho tiempo. Leerla era algo común que se manifestaba en los eventos culturales a través de la declamación, en los festivales del día de la madre o del maestro.
En eventos cívicos y conmemorativos como los honores y el día de la bandera, el natalicio de Juárez, el día de la primavera, el día del maestro, etc. …
Por amor a mi bandera,
les digo a todos
«hermano.»
El que la lleve en la
mano lleva la paz donde
quiera.
Paz, trabajo, amor y fe
son de mi bandera el
cielo.
Yo quiero, por todo
anhelo,
digno de ella estar al pie.
Carlos Pellicer
Con el teatro es algo similar. Sus cualidades catárticas para quienes lo practican, son bien conocidas.
Propician la empatía al asumir las características psicológicas y conductuales de los más diversos personajes. Acerca a los actores a la literatura. Enseña a perder el miedo a hablar en público. Fomenta la seguridad y la extroversión de los alumnos.
Tradicionales eran las –por lo menos- pastorelas con las que los estudiantes celebran el fin de año y la cercanía de las fiestas navideñas. Era tradicional montar la obra de José Zorrilla Don Juan Tenorio para conmemorar el día de muertos en México.
Yo llegué a ver en televisión, en Telesistema Mexicano, todavía en blanco y negro, la versión escenificada con actores como Carlos Ancira, y Narciso Busquets: Me impresionó tanto que memoricé en la primaria los versos con que inicia la obra:
¡Cuál gritan esos
malditos!
¡Pero mal rayo me parta
si en concluyendo la
carta no pagan caros
sus gritos!
O en la clásica escena donde Don Juan seduce a Doña Inés con estos fogosos y apasionados versos:
Cálmate, pues, vida
mía;
reposa aquí, y un
momento
olvida de tu convento
la triste cárcel sombría.
¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga llana
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla
amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando el
día,
¿no es cierto, paloma
mía,
que están respirando
amor?
Esta armonía que al
viento
recoge entre esos
millares
de floridos olivares,
que agita con manso
aliento,
ese dulcísimo acento
con que trina el ruiseñor
de sus copas morador
llamando al cercano día,
¿no es verdad, gacela
mía,
que están respirando
amor?
Y esas palabras que están filtrando
insensiblemente
tu corazón,
ya pendiente de los labios de
Don Juan,
y cuyas ideas van
Inflamando en su
interior
un fuego germinador
no encendido todavía,
¿no es verdad, estrella
mía,
que están respirando
amor?
José Zorrilla
La anunciada reforma educativa, debería rescatar estos géneros literarios y fomentarlos entre los jóvenes de hoy. No solo es un recurso didáctico de excelentes resultados, sino también forman parte de una cultura sólida y basta que abrirá la visión de los alumnos sobre el mundo y las condiciones humanas. Alentará la creatividad y el conocimiento universal.
Pero sobre todo será un antídoto eficaz contra la barbarie, la simplonería y la toxicidad del lenguaje de los tecnócratas que en gran medida destruyeron la buena educación en este país.
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