Manuel Basaldúa Hernández
La estadística refiere que aproximadamente llegan diario 118 personas a Querétaro, esto es que cada hora llega un promedio de 5 personas por hora. Y si lo vemos por familias, llegan unas 45 por día a nuestro Estado, concentrados en la capital.
Las familias y las personas son de diferentes estratos socioeconómicos, no obstante, la mayoría de las familias y las personas se hacen de un auto en el menor de los casos para trasladar a algún miembro de la familia. Y si hay necesidad otorgarle una unidad a la mayoría de los integrantes, así que una familia puede moverse en un auto, pero en otras, la mamá tiene su auto, el papá tiene su auto, y desde luego la hija mayor tiene su auto y en breve espera el hermano tendrá su auto. Dado el alto nivel de un no pequeño sector de la población, digámoslo en términos de calidad de mercancía, de alta gama, la mayoría de los integrantes de esas familias cuentan con servicio de guardaespaldas.
Por otro lado, grandes o medianas empresas requieren de unidades para desplazar, entregar o recoger insumos o mercancías, así que su flota de vehículos debe ser amplia. Dado que el servicio local de taxis convencionales no satisface la demanda, servicios particulares como Uber han aparecido y se suman a la circulación. Y así sucesivamente, podemos seguir mencionando aspectos de la dinámica laboral y económica de la entidad que requiere de un vehículo.
¿Entonces también deberíamos preguntarnos, cuantos autos llegan a la ciudad diariamente? El Inegi reportó que para el año de 2022 había aproximadamente cerca de los 800 mil vehículos, pero el poder adquisitivo y la presión por contar con un auto para desplazarse en la zona metropolitana, ocasionado por la falta de un adecuado, eficiente y buen sistema de transporte público saturan el espacio de movilidad de los queretanos.
La explosiva e irreversible mancha inmobiliaria acelera el incremento de mas vehículos, y la lejanía de su asentamiento obliga a que los nuevos habitantes posean un auto o más, lo que acelera el crecimiento del parque vehicular de la entidad. La movilidad se ha convertido en un quebradero de cabeza para los usuarios de transporte privado o público, en un ataque directo a la bilis y la poca paciencia que queda en cada uno de los pobladores.
El auto, que Ford pensaba sería un instrumento de ayuda al hombre, se está convirtiendo en una tragedia para los ciudadanos. Tragedia a la cual no pueden renunciar.
La ironía y la fatalidad es que el ciudadano puede ver el conflictivo tráfico de Querétaro, denso y aglomerado, pero que irremediablemente visitará una agencia de autos o efectuar una transacción entre particulares para hacerse de uno, y acto seguido hundirse en esa masa de tráfico del que se queja y es parte.
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