Manuel Basaldúa Hernández
La movilidad es un tema que ha llamado la atención para los habitantes de la ciudad de Querétaro. Sobre todo, para los ambientalistas, los ciclistas, y desde luego para los peatones. Este contexto de la conflictiva vida urbana, que requiere de transformaciones de infraestructura de vías de comunicación todos estos elementos que la componen se vuelven importantes.
Una herramienta de la movilidad, herramienta que es parte de esa infraestructura son las banquetas, o también llamadas aceras. La descripción de las banquetas la podemos definir como un sendero de concreto, en nuestro caso de piedra de cantera rosada, de unos 15 centímetros de altura aproximadamente, con un pretil fortalecido, y una extensión de un metro como mínimo cubierto con lozas o también de concreto. Tal construcción separa a otro espacio conocido como arroyo, por donde transitan los vehículos automotores, las motocicletas, y se supone las bicicletas o cualquier otro vehículo para transporte tanto de personas como de mercancías.
La descripción anterior se refiere a las banquetas destinadas a los peatones, a las personas de a pie tanto para su traslado, llamado ahora movilidad, y que tengan un espacio de seguridad. No obstante tal objetivo, se ha ido perdiendo poco a poco la funcionalidad de las banquetas, debido a las características que guardan en estos tiempos.
En Querétaro las calles eran angostas, destinadas al paso de los caballos, las carretas y las calesas, no existían las banquetas como tales. Fueron apareciendo hasta las primeras décadas del Siglo XX ya entrada la época de la industrialización, y cuando fueron cubiertas por el empedrado. Al aparecer los primeros automotores, las banquetas construidas con cantera se diseñaron de acuerdo a la irregular extensión de la calle, en proporción, debemos suponer de la calle.
Pero las banquetas pronto fueron deformadas en su propósito. No solo eran aprovechadas para que las personas caminaran sobre ellas para protección de los transportes con ruedas, fueron invadidas por postes y árboles. Por si no fuera suficiente, a los árboles en un tiempo, se le construyeron “cajetes” para mejor aprovechamiento del riego a los árboles, lo cual redujo el espacio de la banqueta. Esto se fue normalizando a lo largo del tiempo, y aparecieron más postes, no solo de la energía eléctrica, sino el de teléfonos, para los señalamientos de tránsito. Y si esto no fuera suficiente, ha servido para la exposición de mercancía de algunos comercios establecidos, y en años recientes, para dar paso a los puestos de comercio informal. En síntesis, el peatón ha visto reducido a su máxima expresión su espacio para la movilidad, sin que tal espacio sea motivo de preocupación de urbanistas, arquitectos y desde luego de las autoridades que ven con desdén tal espacio de movilidad.
Las banquetas son el elemento extraviado en los planes de ordenamiento de movilidad, Si acaso existe es en el papel, porque en términos físicos y materiales esto no existe.
Si para una persona con todas las capacidades motrices es difícil caminar, para aquellas personas de capacidades diferentes, o con avanzada edad la condición es un verdadero suplicio. Y agreguemos, si es que existe la banqueta en la calle. Y para sumar debemos agregar las pésimas condiciones de tales banquetas.
Dado que ahí están los registros para el drenaje domiciliario, anuncios, letreros lumínicos, o las instalaciones de teléfonos, la fibra óptica o la electricidad para algún servicio público, pero la calidad de los materiales de estas banquetas es de pésima calidad, luego entonces, existen hoyos, tornillos salientes, piezas sueltas, fragmentos levantados por las raíces de árboles que no son adecuados para espacios reducidos, y que causan desniveles del terreno. Pero hay más todavía.
Los propietarios o usuarios de vehículos se atreven a subir sus unidades a las banquetas bajo la complacencia de las autoridades. Dejando al peatón al arroyo en forma riesgosa. Las banquetas son los espacios depredados en la infraestructura urbana.
En otra entrega abordaremos el tema de las banquetas desde la visión de los antropólogos urbanos y de sociólogos que han abordado este manejo del espacio en la ciudad. También nos aproximaremos a la visión que tiene el peatón sobre las banquetas. Nos dedicaremos a la descripción de las mejores y las peores banquetas de nuestra ciudad queretana.
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