La UAQ prende las luces rojas en el tema de la violencia en Querétaro.

 

Me Lleva El Diablo 4 de octubre de 2022

Querétaro, con la tasa más alta de delitos de violencia de género, eso dicen los datos, las estadísticas.

El tema de la  violencia, en todas sus manifestaciones, no es menor en la entidad, y es más delicada cuando se trata de la violencia de género, donde desafortunadamente el estado destaca en el mapa nacional.

Ahora que los estudiantes de la Universidad autónoma de Querétaro han puesto el dedo en la llaga en el asunto de la violencia de género, es oportuno transparentar el tema en general en Querétaro.

Andamos mal, muy mal, porque durante agosto Querétaro se ubicó como la entidad con la tasa más alta del país por presuntos delitos de violencia de género en todas sus modalidades -distinta a la violencia familiar- con 17.76 casos por cada 100 mil habitantes.

Después se ubicó Veracruz con 12.97, Estado de México con 10.01 y Guerrero con 5.41, por arriba de la media nacional que fue de 2.7 casos por cada 100 mil habitantes, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública -SESNSP- en su informe mensual.

Un primer lugar nada honroso, y eso puede ser parte, no justificada ni aceptada, de lo que sucede en la UAQ.

Por si ese primer lugar no fuera suficiente, peleamos o estamos en otros vergonzosos lugares en el tema de la violencia.

Porque de enero a agosto pasado, el estado de Querétaro reportó una tasa de 104 presuntas víctimas de lesiones dolosas por cada 100 mil mujeres, la sexta más elevada del país, expone el SESNSP.

Un primer lugar, y un sexto lugar en violencia de género y contra la mujer, son más que suficientes para levantar la alarma social y reflexionar no solo en lo que esta pasando, sino en cómo se va a detener, cómo se van a enfrentar, combatir este cáncer social.

Por eso se le da la razón a los alumnos que han parado la UAQ, porque en la UAQ hay evidencias de posible encubrimiento de personajes acusados de acoso y abuso sexual; al menos 5 casos de trabajadores, maestros y alumnos de la UAQ que enfrentan acusaciones de esta naturaleza y que han sido presuntamente protegidos por alguna autoridad universitaria: ya sea un director o directora de facultad, o secretario o director de la rectoría.

La entidad tiene un problema social que enfrentar en el tema de la violencia de género, a la mujer, y que mejor que inicie el combate para su erradicación en serio en la Máxima Casa de Estudios, porque en los últimos 5 años, tanto en la fiscalía general del Estado, como en la Unidad de Atención a la Violencia de Género de la UAQ, hay cuando menos 100 expedientes que no han avanzado en su proceso de investigación o cuyo avance es mínimo.

En todos los casos, los presuntos acosadores mantienen sus empleos o sus matrículas como estudiantes universitarios, y la fiscalía tiene en el sueño de los justos los expedientes.

Hay que tener claridad sobre el tema para señalar que por lo menos en la UAQ se hace visible en tema de la violencia de género, contra la mujer principalmente, porque lo que sucede en la UAQ es solo la punta del iceberg un gigantesco iceberg cuyo tamaño no se ha dimensionado y que esta incrustado en toda la sociedad, en la vida cotidiana de los habitantes de Querétaro.

No normalicemos la violencia en general, no creamos en el espejismo que aquí en Querétaro no pasada nada, cuando casi diariamente hay noticias ya sea de un ejecutado, un feminicidio, un homicidio, de una desparecida, de hechos violentos.

Igual que en la UAQ, el tema de la violencia en la entidad es una olla de presión que en cualquier momento estalla, y eso será de lamentables consecuencias para los ciudadanos en general, las luces rojas están prendidas, hay que ver si le hacen caso los responsables de dirigir el destino de la entidad.

 

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