Me Lleva El Diablo 20 de septiembre de 2022
Tembló en Querétaro, el riesgo de padecer un desastre natural está presente en todo momento, es algo que no se puede predecir de manera puntual, pero si se pueden tener medidas preventivas para aminorar sus efectos.
Sea una inundación, derrumbes de tierra, daños colaterales por huracanes y sismos, entre otros, riesgos de los cuales Querétaro no es ajeno.
Este lunes 19 de septiembre volvió a temblar tras el Simulacro Nacional 2022, que a muchos hace recordar y sentir miedo por los sismos de 1985 y 2017 en México, principalmente en la capital mexicana, pero con efectos en Querétaro.
Ayer, el Sismológico Nacional informó primero que el sismo era de magnitud 6.8, como cifra preliminar. Pero fue reajustado a magnitud 7.4 y posteriormente a 7.7.
Cuando en la Ciudad de México suena la alerta sísmica en Querétaro también tiembla la gente, parece que su sonido, sin escucharlo, hace retemblar todo el cuerpo: el corazón se acelera, el sudor llega a las manos, los músculos se tensan, le llamamos susto y según la tradición, la conseja popular, se cura comiéndose un bolillo.
Lo sucedido ayer, el sismo de ayer, y de los otros sismos nos pone a reflexionar que no es con un bolillo como superamos los desastres naturales, no.
Es con políticas de que tiene que ver con la protección civil, con la aplicación de recursos, tanto económicos como humanos, y parece que no aprendemos, principalmente en el caso de las inundaciones.
Porque resulta que, durante 2021, la Coordinación Estatal de Protección Civil careció de un fondo propio para la atención de emergencias y desastres naturales, reveló el INEGI; otras 17 entidades federativas tampoco dispusieron de recursos para atender contingencias.
Baja California, Coahuila, Colima, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas no tuvieron disponibilidad de un fondo específico
Por lo menos se tiene documentado que el Gobierno de Querétaro no contó con recursos públicos para el concepto de ‘desastres naturales y otros siniestros’ durante el sexenio de Francisco Domínguez Servién. Se establece lo anterior, de acuerdo con los documentos del Presupuesto de Egresos que fueron publicados en el periódico oficial La Sombra de Arteaga.
Demás, el Inegi reportó que, de los 18 municipios del estado de Querétaro, solamente 16.7 por ciento contó con un fondo especial de recursos para atender emergencias y desastres naturales durante 2020, entre ellos el de Querétaro.
Y por si fuera poco, Querétaro está por debajo de la media nacional en la tasa de elementos de Protección Civil que atienden a la población; de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el estado tiene 2.1 elementos por cada cien mil habitantes.
Es de miedo que no se tenga claridad del riesgo en que está la ciudadanía por los desastres naturales, porque la realidad ha roto el mito de que Querétaro es un estado “asísmico”, todo un mito, y ayer nuevamente lo vivimos, en otros septiembres también.
Y de las inundaciones, bueno ya son toda una tradición que se presentan cada año. Solo hay que recordar lo sucedido el 1 de octubre del año pasado en Querétaro, Corregidora donde fallecieron 2 personas arrastradas por el agua del Dren Cimatario, Huimilpan, donde murió otra persona en un bordo, Pedro Escobedo y San Juan del Río donde la populosa colonia La Rueda que fue anegada por las aguas de las lluvias, y del drenaje.
Luego entonces solo me resta informarles, para que tome sus precauciones, que el Sistema Meteorológico Nacional pronostica que, debido a la presencia de la tormenta tropical Madeline en las aguas del océano Pacífico, habrá lluvias fuertes de entre 25 y 50 milímetros en el estado de Querétaro.
Así que tenga en cuenta todas las medidas que crea pertinente y por supuesto, tenga a la mano un bolillo, pal susto, y comerlo mientras llega la ayuda, porque presupuesto para desastres naturales no hay, ni federal, ni estatal ni en la mayoría de los municipios.
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