Luz Neón
Mi ciudad
Manuel Basaldúa Hernández
¿Qué país, que territorio vive uno? se preguntaba Efraín Huerta. El que uno edifica de acuerdo a lo que deposita de emoción, de experiencias, de vivencias en los rincones, en las calles, o en los arboles, en los portales de la ciudad que se habita, le puede responder a ese poeta procedente de Silao.
Por su parte, Guadalupe Trigo, en su canción-elegía a la ciudad de México no solamente le deposita emociones, sino imágenes con sonido, también dice que “Mi ciudad es la cuna de un niño dormido/ es un bosque de espejos que cuida un castillo, / monumento de gloria que vela su altar”.
Cada poblado está construido sobre cimientos de mitos, de leyendas que adornan las decisiones que hombres de carne y hueso determinan un lugar de acuerdo a su estrategia económica, militar o de conquista. Y cuando este se consolida se transforma en una ciudad que toma otra dimensión para habitarla.
En el caso de Querétaro tenemos una leyenda peculiar: en el cerro ubicado al oriente de unos asentamientos de las tierras de mesoamérica, se libra una batalla cruenta entre naturales y españoles, y no hay respiro, no hay momento para una pausa en la lucha, no se veía como terminaría, pero ocurre lo inesperado; un eclipse de sol ocurre y entonces en el cielo fue apareciendo una cruz rosada, acompañada por el apóstol Santiago montado en un brioso corcel blanco, el jinete blande su espada, mientras sostiene con su otra mano un estandarte de la realeza española.
Estupefactos los contendientes dejan a un lado sus hostilidades y reina la paz, para que en conjunto construyan la ciudad. Sol eclipsado, rosada de cantera y jinete español con su montura serán elementos de un símbolo de la construcción de la ciudad que habitamos.
Lauro Jiménez en su articulo aparecido en el periódico Plaza de Armas el 18 de julio de 2024, sobre la construcción del acueducto que abastecerá de agua a la ciudad, señala que “el origen del pueblo colonial de Querétaro -cuya fundación ocurrió en 1531, según marca la tradición”. Y bien lo dice, es la tradición la que consolida esta historia de nuestro terruño, esa tradición de mantener la idea que mezcla un fenómeno astronómico, un personaje celestial y guerreros anónimos son los elementos que guían nuestra historia, que se va oficializando y la hacemos nuestra.
Nuestra ciudad de Querétaro celebra un aniversario mas de su fundación, ciudad colonial en su origen, ciudad convertida hoy en barrio atestado de comercios en su centro histórico. Rodeada de una periferia bronca y populosa. Ciudad cosmopolita y conservadora a la vez.
A esta ciudad de Querétaro le mandamos un saludo y una felicitación por su año 493 de fundación, evocando al personaje de Jack Killian, interpretado por Gary Cole en “Llamadas de medianoche”, programa de la década de 1980, que su frase de cierre era “Buenas noches América donde quiera que estés”, y que hasta hace pocos años el buen Paco Sosa de XHQUE-FM replicaba al despedirse de su turno de locución: “Buenas noches Querétaro donde quiera que estés”.
Deja una respuesta